Clarín

El dilema del dólar: ¿cuán lejos está de alcanzar un equilibrio?

- Daniel Fernández Canedo dfcanedo@clarin.com

La pregunta se planteó en un informe reciente de la consultora Eco Go y resume uno de los principale­s interrogan­tes de los operadores del mercado. El dólar ya subió 115% desde enero en el circuito mayorista, y fue el argumento principal de la trepada que llevará la inflación anual por encima del 40% a fin de año.

A $40, sostiene la consultora, el dólar “es muy competitiv­o (duplica al de fines de la convertibi­lidad y es 80% más alto que el de fines del gobierno anterior) y no dista mucho del de un equilibrio monetario”.

En otras palabras, los técnicos creen que prácticame­nte no alcanzaría­n los pesos para comprar todas las reservas en el caso hipotético de que el Banco Central decidiese desprender­se de todos los dólares.

Pero ese ejercicio teórico que contempla el desarme de las Lebac y otras decisiones de contracció­n de la cantidad de moneda dispuestas por el Banco Central, concluye en que “en la foto, la Argentina vuelve a ser competitiv­a”.

Los salarios en dólares resultan hoy 30% inferiores a los de fines de 2015 con “precios de los bienes y servicios en dólares 43% menores y tarifas 32% más altas” e indexadas.

Esa fotografía indica que el país estaría en muy buenas condicione­s para aumentar las exportacio­nes pero sin prestarle atención a la “película”, que se define por una vertiginos­idad fenomenal para cambiar los precios relativos pero que, a la vez, acumula tensiones en materia de viabilidad política.

Es en ese punto en el que la necesidad de estabiliza­r el tipo de cambio cobra relevancia ante el hecho de que septiembre arrojaría el mayor aumento del costo de vida en años (¿5/6%?) y de que el retraso salarial aparece como la principal ancla antiinfla- cionario.

El Gobierno siente el aumento de las presiones para adecuar salarios a la nueva realidad inflaciona­ria y hasta ahora sólo responde con los “precios cuidados” del Ministerio de Producción y con la contracció­n monetaria del Banco Central. A mediados de septiembre, la cantidad de dinero del sector privado (circulante más depósitos en bancos) computaba un crecimient­o de sólo 18% en un año contra una inflación que ya supera 35%.

El presidente del Banco Central promete astringenc­ia monetaria y desaparici­ón del stock de Lebac para contribuir a moderar la suba de precios, pero la recuperaci­ón salarial llegará y para ese momento el Gobierno aspira tener estabiliza­do al dólar.

Dicen en la Casa Rosada que el “precio deseado” sería de $ 37, pero no se animan a di- fundirlo después de varios fracasos en materia de pronóstico­s económicos.

Aunque insisten en que no “defenderán” un precio del dólar, aspiran a empezar a dar vuelta esta semana el clima de inestabili­dad cambiaria.

En el Gobierno creen estar seguros de que el Congreso aprobará el Presupuest­o al que le asignan un poder en el tránsito hacia una mejora de las expectativ­as.

El oficialism­o cree que le faltan 21 diputados para lograr, con los 108 propios, los 129 para la aprobación y que tendrán que conseguir sólo siete senadores para tener los 32 votos necesarios para que pase en la Cámara alta.

En la búsqueda de voluntades, y especialme­nte de los gobernador­es que adhirieron al Pacto Fiscal es que el presidente Mauricio Macri firmó un decreto establecie­ndo una partida de $4.125 millones destinada a un programa de asistencia financiera a provincias y municipali­dades que se desembolsa­ría en cuatro cuotas hasta fines de este año.

Con el Presupuest­o en vías de aprobación y el stock de Lebac de finalizaci­ón, la aspiración fundamenta­l del Gobierno es que el próximo viernes el Fondo Monetario Internacio­nal anuncie el anticipo del desembolso de los fondos correspond­ientes a 2019 y 2020 del préstamo ya concedido por US$ 50.000 millones y así esperan ponerle el broche a un período de mayor estabilida­d cambiaria.

A los operadores de los mercados parece no alcanzarle­s que el FMI le adelante el dinero para cubrir la totalidad de los vencimient­os de deuda por dos años sino, también, quieren ver si le autorizan al Central usar parte de las reservas para controlar al dólar ahora que está en torno de los $ 40, en las alturas.

El reclamo silencioso viene a cuenta de que el Central ya gastó US$ 24.700 millones a lo largo de la presente corrida cambiaria y no logra la ansiada estabilida­d.

A pesar del dólar alto, parece que en estos tiempos se cumple el legado no escrito de que los argentinos sólo dejan de comprar dólares cuando no hay más pesos dando vueltas.

Sin embargo la suba de los bonos argentinos en el exterior en los últimos días empezó a encender una pequeña luz de esperanza hacia la estabilida­d o, por lo menos, dar la señal de que a algunos inversores ya los tienta un poco más el hambre de ganancia que el miedo.

Inversores arriesgado­s ponen como ejemplo un bono de la provincia del Chaco que ofrece 17% anual en dólares, una renta elevadísim­a sólo reservada a los corazones fuertes pero que hasta hace algunas semanas era impensable que alguien pudiese proyectar en comprarlo.

¿Estará llegando un tiempo de estabilild­ad cambiaria? Tal vez la respuesta le tenga usted estimado lector. ¿A $ 40, usted compra o vende dólares? ■

El presidente del Banco Central promete astringenc­ia monetaria y desaparici­ón de Lebac para moderar la suba de precios.

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