Declaró en el juicio contra el “Rey de la Efedrina” y le dieron seis balazos
Un empresario fue baleado frente al colegio de sus hijos. Quedó internado, en estado delicado.
El ataque fue brutal, a quemarropa. Seis tiros, de una ráfaga de 20, impactaron en el tórax, el abdomen y las piernas de un empresario que fue testigo en una de las causas en la que condenaron a Mario Segovia, el denominado “El Rey de la Efedrina”. La víctima fue Andrés Lamboy, de 45 años, quien cayó desplomado frente al colegio al que asisten sus hijos, en la zona oeste de Rosario.
Dos personas en un auto con vidrios polarizados lo atacaron en for-
ma veloz y directa, dejando claro cuál era el objetivo. Lamboy ingresó en el hospital lúcido y estable. Fue intervenido quirúrgicamente durante varias horas y su estado era reservado, según informaron ayer los médicos del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca).
Lamboy es un empresario dedicado al rubro inmobiliario. En el pasado estuvo involucrado como testigo en la causa por la que se condenó a Mario Segovia, el denominado “Rey de la Efedrina”, a nueve años de prisión por contrabandear esa droga a México. Los investigadores no arriesgaron motivos sobre el ataque contra Lamboy, aunque anticiparon que no descartan ninguna hipótesis.
El empresario llegó ayer al exclusivo Colegio San Bartolomé para dejar a sus hijos, cerca de las 8. Luego cruzó al predio del club de rugby Los Caranchos para desayunar en el bar. Cuando se marchaba, cerca de las 9, fue atacado. Caminaba para subirse a su camioneta, una Dodge Ram negra, cuando un auto se le puso a la par. Desde adentro comenzaron a dispararle. Los agresores serían al menos dos y los impactos sobre el tapial de la escuela reflejan la brutalidad del atentado: algunos atravesaron el muro e ingresaron al campo de deportes. No hubo alumnos heridos.
“Escuchamos como 20 tiros”, precisaron los testigos. Cuando salieron a ver qué ocurría encontraron a Lamboy tirado junto a su camioneta. “No entendíamos nada de lo que pasaba”, comentaron los ocasionales testigos. Las autoridades del colegio evitaron hablar. Un padre, conmocionado, aceptó: “La sensación es tremenda. No sé si quiero volver”.
La víctima del ataque recibió impactos en las piernas, el tórax y en la zona abdominal. Aunque el cuadro es severo, los médicos destacaban que llegó al hospital estable. Cerca del mediodía ingresó al quirófano y recién fue retirado a la tarde. Anoche los médicos eran prudentes al hablar de su recuperación.
Lamboy quedó involucrado en la causa contra Mario Segovia tras declarar como testigo por ocupar el cargo de director de South American Docks S.A., un depósito fiscal de Barracas donde se almacenaron 523 kilos de efedrina que pretendían enviarse a México. La firma consumó, de acuerdo al fallo condenatorio, el contrabando de sustancias “que por su naturaleza, cantidad o características podían afectar la salud pública (clorhidrato de efedrina o pseudoefedrina)”. El cargamento se detectó en paquetes de azúcar marca “M&K”.
En el juicio Lamboy aseguró que figuró como director de South American Docks S.A. hasta 2007, ya que luego se separó de su esposa, la hija de Rubén Galvarini, quien presidía el depósito fiscal y fue condenado a 7 años de prisión. “Me limitaba a firmar las actas de directorio”, puntualizó. al afirmar que figuraba en ese cargo “sólo en los papeles”, porque nunca trabajó allí.
En su declaración admitió conocer a Segovia. Lo llamaba “Nicolás Mario”, aunque su nombre es Mario Roberto Segovia. Sobre el denominado “Rey de la Efedrina” dijo que trabajó en el depósito fiscal hasta que se peleó con Galvarini. En julio pasado, y por otras causas semejantes, la Cámara Federal de Casación Penal unificó una condena contra Segovia a 16 años de prisión. ■