Clarín

Cavanna no quiere despertars­e de un sueño cumplido en su primer Mundial

“No me esperaba ser titular ni jugar en mi debut mundialist­a”, le cuenta a Clarín desde Florencia.

- Cristian Gómez crgopez@clarin.com

La historia de Maximilian­o Cavanna es de superación constante, producto del trabajo y del esfuerzo diario. Apasionado por el vóleibol desde su infancia, llegó a su primer Mundial como armador suplente de la Selección Nacional. Era lógico: Luciano De Cecco es uno de los mejores en su puesto. Pero con el correr de los partidos, Julio Velasco depositó su confianza en Maxi y le dio la titularida­d, que el armador está pagando concreces, mientras vive un auténtico “sueño del pibe”.

Surgido de las Divisiones Inferiores de River, este jugador que puede catalogars­e como un pibe de club comenzó practicand­o, casi literalmen­te, todas las disciplina­s que había en la institució­n. Y allá por 1995 optó por el deporte que hoy lo tiene como destacado en un Mundial.

“Arranqué a los 7 años a jugar al vóleibol en River y vivía prácticame­nte adentro del club. Hacía de todo, pero como la mayoría de mis amigos jugaban al vóley, entonces decidí volcarme a este deporte”, le cuenta a Clarín desde Florencia, una vez consumada la clasificac­ión del selecciona­do a la segunda fase del Mundial, más allá de la derrota por 3-2 ante Japón.

Curiosamen­te, luego de haberse decidido por el vóleibol gracias a sus amigos, Cavanna terminó siendo el único de esa camada en llegar a jugar al máximo nivel. “Cuando era chico, era alcanzapel­otas de la Liga en los partidos de River como local. Pero de visitante armabamos con mi hermano Alejandro una especie de barra. Llevábamos un redoblante, bande- ras, cantábamos... Como mi hermano y yo somos hinchas del club, toda esa pasión pasaba por ahí”, recuerda entre risas la anécdota.

Con los sueños a flor de piel, el chico que pasó de River a Bolívar con sólo 17 años emigró a Italia. Pero tras estar una temporada en Brolo, optó por volver a Bolívar para tener nuevamente una vidriera que evidente- mente en Italia no conseguía.

Quería que lo tuvieran en cuenta para la Selección. “Sabía que jugar para Argentina significa mucho, porque además de representa­r a tu país, es una vidriera muy importante para dar el salto a Europa. Hoy recién la Liga Argentina se está mirando un poco más en el exterior y antes por ahí no la miraban tanto. Entonces era la úni- ca forma para dar el salto nuevamente a Europa y jugar en la Selección. Por suerte tuve mis minutos en cancha y ahí se me dio para irme a jugar a Italia nuevamente”, rememora.

Después de jugar durante dos años en Ravenna, tuvo que nuevamente pegar la vuelta a sus tierras por una decisión familiar. Su esposa estaba embarazada y no querían estar lejos de los suyos. “Luego de los dos años que estuve jugando en la A1 volví a Argentina porque con mi mujer estábamos esperando a nuestro hijo y todavía no tenía propuestas claras en Italia. Entonces opté por regresar y que mis viejos, mis suegros y la familia estuvieran cerca de algo tan lindo y hermoso como es para nosotros formar una familia, y que ellos también disfrutara­n de estar cerca nuestro”, explica a la distancia.

Volvió a la Liga para jugar en Lomas y en UPCN San Juan. Y esa vidriera que tanto quería terminó por darle la chance de ser convocado por primera vez a un Mundial, donde llegó como suplente de De Cecco, uno de los mejores armadores del mundo.

Claro que una decisión de Velasco durante el partido frente a Bélgica terminó por darle una sorpresa que Cavanna no esperaba. “Después de ese partido, donde me tocó entrar y ganamos el set, Velasco me comunicó que iba a ir de entrada en el próximo. Cuando me enteré, se me vino una alegría inmensa. Era lo que yo quería. Venía trabajando para poder lograr esto, pero no me esperaba ser titular y jugar en mi primer Mundial”, cuenta emocionado teléfono mediante.

A su relación con De Cecco, quien lo relegó durante muchos años como armador de la Selección, Cavanna la describe como “buena y sana”. Y además agrega: “Él siempre me da consejos y lo mismo hago yo cuando estoy afuera. Son cosas que vemos desde el banco que capaz adentro de la cancha no las ves y entonces nos ayudamos mutuamente”.

Pasó la primera fase y Argentina seguirá el Mundial en Bulgaria. Hacia ese país volará Maximilian­o Cavanna, quien no se quiere despertar de un sueño increíble. ■

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FIVB El grito. Maximilian­o Cavanna desata su festejo tras el pasaje argentino a la segunda fase del Mundial.

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