Diseños para climas extremos
Patagonia es marca en el mundo entero. Por lo imponente de sus paisajes: los acantilados sobre el Atlántico, sus valles irrigados por ríos, las interminables planicies y extensas mesetas, la majestuosidad de su cordillera. Por sus climas de sol intenso, nieves y fuertes vientos. Por sus increíbles noches llenas de estrellas. Por sus tradiciones y cultura. Y también porque todos estos insumos producen en la región un tipo especial de arquitectura. Algo del impacto que producen tales variables puede verse en las obras ganadoras del capítulo Sur de los Premios ARQ FADEA que se dieron a conocer ayer en una edición especial de ARQ-Clarín.
Los proyectos tienen una arquitectura diseñada con gran rigor para responder a estas condiciones extremas, con propuestas muy austeras, con geometrías simples, cúbicas, moduladas hasta en los mínimos detalles para poder preproducir la mayor cantidad de partes en taller y luego montarlas en obra. Construidas con chapa, madera, bloques y hormigón, materiales en estado puro, casi sin revoques y con dispositivos para el confort térmico.
El 1° premio en la categoría Obra Privada / Escala Menor fue para una pequeña casa para una pareja, realizada a través de los créditos Procrear. Sus autores forman el estudio Fram Arquitectos integrado por los jóvenes Franco Riccheri, oriundo de Río Negro, y Agustín Mendiondo, de Buenos Aires. La casa, ubicada en la localidad Padre Stefenelli en el Alto Valle del Río Negro, es un simple prisma negro que se recorta sobre el fondo de alameda verde o amarilla, según las estaciones del año. Sus cuatro caras son de chapa negra acanalada, esa misma chapa de precio accesible que estamos acostumbrados a ver en techos, galpones o conventillos como los de La Boca. En el interior, el volumen que agrupa la cocina y el baño, está revestido en tablas de madera. La vivienda tiene, además de esos servicios, un dormitorio y un living comedor que se prolonga afuera en una estructura metálica que oficia de pérgola y que, a futuro, servirá como regulador climático. Según Fram, todo fue pensado con detalles y resoluciones técnicas sencillas que pudieran ser ejecutadas por constructores de la zona.
En la misma categoría, pero en la escala inmediatamente superior, el trabajo premiado pertenece al estudio Dínamo Arquitectos, una oficina integrada por los arquitectos Juan M. Basso, Lorena Eguiguren, Carlos Alberto Franzán, Ignacio López Varela, Carlos Manuel Menna, todos formados en la Universidad Nacional de La Plata, pero radicados profesionalmente en la ciudad de Neuquén desde el año 2006.
Las oficinas PyE son un edificio emplazado en las afueras de la ciudad de Neuquén, en el cruce de la Ruta Nacional 22 y el acceso al aeropuerto, en una zona que antes era un sector de chacras y ahora es asiento de varias empresas de servicios petroleros. Según los autores, el encargo pedía proyectar un edificio de oficinas comerciales, capaz de funcionar integrado totalmente o dividido hasta en ocho locales.
Dínamo creó un gran prisma apaisado construido a través de una sucesión de pórticos metálicos (columnas y vigas) cada 4,5 metros cuyo frente hacia el Oeste está protegido por parasoles y hacia el Este por los álamos existente en el predio. Su construcción fue pensada como un mecano: se prepararon las piezas metálicas, las carpinterías y los parasoles en el taller y, luego, se los montó en obra.
También obtuvieron el 1° premio en la categoría Mayor por la Nueva Sede del Banco de la Provincia de Neuquén. Una obra que fue producto de un concurso nacional de anteproyectos que ganaron asociados con M2G Arquitectos, Emmes Arquitectos y los arquitectos Dawidowicz, Delucchi, Forsetti y Veiga.
El banco necesitaba concentrar sus áreas administrativas, anexar dos sucursales y vincular los nuevos edificios con la casa matriz. Conclusión: un rompecabezas. Dínamo propuso englobar tal dispersión de edificios existentes y nuevos detrás de una gran “máscara” metálica que funciona como un basamento que da escala humana al edificio a la vez de ser la base de la cual emerge la torre que identifica urbanamente al banco.
El edificio se divide en tres áreas, Banca Jubilados, Banca Personal y Torre, que se organizan a través de tres patios ubicados estratégicamente en el interior de la manzana. Los frentes de la torre están realizados con chapa perforada. Los patios, la luz cenital y los parasoles funcionan como reguladores climáticos que aportan un importante ahorro energético.
Resumiendo su postura frente a la arquitectura Dínamo dice que no aspiran a ser originales, sino que ponen sus esfuerzos en llegar a la síntesis y al ajuste de cada una de las partes del edificio desde una sencillez silenciosa. ■