Polémica en Barcelona por la construcción de viviendas tipo “colmena”
Miden 2,6 m2. Sólo entran una cama y un baúl. La desarrolladora los quiere alquilar por 200 euros por mes.
Una propuesta para construir viviendas de alquiler tipo “colmena” abrió una fuerte polémica en Barcelona. De hecho, el Ayuntamiento de Barcelona ordenó paralizar las obras en un local del número 114 de la calle Constitució, en el distrito de santsmontjuïc, que no contaba con los permisos adecuados.
En una rueda de prensa, la teniente de alcalde de Urbanismo, Movilidad y Ecología, Janet Sanz, explicó que los promotores reconocieron durante la inspección que el objetivo de las obras era habilitar pequeños habitáculos residenciales que “no se ajustan a la legislación vigente”.
A principios de septiembre, una startup barcelonesa propuso construir habitáculos de 2,6 metros cuadrados, apodados “pisos colmena”, en un local de la capital catalana para “hacer frente a los problemas de vivienda”, según la iniciativa.
“Esta propuesta no tiene cabida en la ciudad. La infravivienda es ilegal. Con esto no se juega”, expresó Sanz, que reiteró que este tipo de alojamientos no se ajustan a los requisitos mínimos de habitabilidad que se exigen para poder vivir con dignidad y en unas condiciones adecuadas.
En este sentido, la Guardia Urbana se presentó en el local y requirió a los propietarios que paralizaran los tra- bajos, mientras que los servicios de inspección del distrito tramitarán el expediente correspondiente con la información recopilada para ordenar un cese de las obras, y, en el caso que no acate, se procederá al precinto de las obras. La idea de los desarrolladores era tenerlas listas para fin de mes.
Las unidades consisten apenas en un habitáculo con cama, luces LED, enchufe y un baúl para guardar los objetos.
Hay diferentes modelos de estas colmenas que cuentan con espacios comunes, como una cocina y baños, y en el precio están incluidos la electricidad, agua, conexión a internet, servicio de limpieza de las zonas compartidas, aire acondicionado, mantenimiento de la “colmena” y gastos de seguridad, según informa la startup Haibu 4.0, la empresa impulsora del proyecto inmobiliario.
Sus responsables aseguran que quiere “hacer frente a los problemas de vivienda en la ciudad” y los pisos no están destinados a los turistas sino a los ciudadanos de Barcelona. Dicen que apuntan a los trabajadores precarios que no pueden hacer frente a los alquileres cada vez más caros de la ciudad. Su precio mensual es de 200 euros.
“Partimos de la idea de que un grupo de personas que no pueden acceder a una vivienda, puedan agruparse y tirar adelante”, explicó a la agencia AFP Victoria Cerdan, una de las promotoras de Haibu, que significa “colmena” en japonés, cuando se presentó el proyecto.
“Obviamente no es una vivienda digna, nadie la querría para sí mismo”, reconoció Cerdan. “Pero nadie quiere tampoco un sueldo de 500 euros y desgraciadamente los hay. Antes de vivir en la calle o en un cajero automático, nosotros ofrecemos esto”, añadió.
La iniciativa irrumpe en medio de un fuerte debate en España sobre el encarecimiento del alquiler, especialmente en grandes ciudades como Barcelona, donde el precio medio aumentó un 28,7% entre 2014 y 2017 hasta los 903,4 euros, según el observatorio municipal de la vivienda.
El salario medio español es de 1.880 euros mensuales -ni siquiera 1.300 entre los menores de 30 años-, lo que dificulta mucho el acceso a una vivienda. ■
En la ciudad catalana el precio de los alquileres aumentó 28,7% en los últimos tres años.