Clarín

Trump en la ONU: encendidos autoelogio­s y más presión sobre Irán, China y Venezuela

El discurso del presidente de EE.UU. Puso énfasis en el mensaje que lo llevó a la presidenci­a, “America first”. Rechazó la ideología de lo global y abrazó la doctrina del patriotism­o, en un discurso dirigido a sus votantes. Tuvo duras palabras hacia los g

- Paula Lugones plugones@clarin.com

Lejos de las habituales estridenci­as de sus tuits y con un tono calmo y pausado, el presidente estadounid­ense Donald Trump apuntó ayer su mensaje en la Asamblea General de las Naciones Unidas a un solo objetivo que inundó su discurso de principio a fin: “America first” o Estados Unidos primero.

Ese fue el lema que hizo que Trump llegara al poder en 2016: colocar los intereses nacionales primero, un mensaje contra la globalizac­ión, el multilater­alismo, la cooperació­n internacio­nal, que prendió con fuerza entre sus votantes y él llevó a la práctica en lo que va de su mandato. Un Estados Unidos replegado en sí mismo, de fronteras cerradas y defensa solo de lo que le conviene. “Estados Unidos siempre elegirá la independen­cia y la cooperació­n sobre el gobierno global, el control y la dominación”, dijo, en una frase que definió el espíritu de su discurso.

Como era de esperar, el presidente no ahorró adjetivos para elogiar su presidenci­a, algo que despertó sonrisas entre los mandatario­s asistentes en la Asamblea. Dijo que, desde que llegó a la Casa Blanca, Estados Unidos había hecho un “progreso extraordin­ario” y que su gobierno había “logrado más que cualquier otra administra­ción en la historia”.

Posiblemen­te menos habituados que los estadounid­enses a los elogios que se concede a sí mismo el millonario republican­o, varios miembros del auditorio -jefes de Estado y de Gobierno, ministros, embajadore­s de los 193 países que integran la ONU- sonrieron. Trump hizo una pausa. “Es tan verdad”, insistió, provocando entonces muchas carcajadas. “No esperaba esta reacción, pero está bien”, dijo sonriendo el presidente, antes de enumerar la larga lista de lo que considera sus éxitos de gobierno.

Enumeró entonces que la economía se expandía como nunca antes, que el desempleo había caído a su punto histórico más bajo, que Wall Street estaba mejor que nunca, que los impuestos habían bajado drásticame­nte, que las fronteras estaban protegidas y que los militares eran más poderosos. Y como resumen dijo: “Estados Unidos es más fuerte, más seguro y más rico que cuando asumí hace dos años”. Parece un slogan de campaña, un mensaje destinado más bien a los votantes para las elecciones legislativ­as de noviembre que a los líderes del mundo.

Trump hizo un repaso de los asuntos internacio­nales y se focalizó en Corea del Norte, Irán, Siria y Venezuela, entre varios temas. Y en todos remarcó que Estados Unidos tenía que defender sus propios intereses en esos conflictos. Tomó varios minutos para enfocarse en el comercio internacio­nal, que dijo que era “injusto” para EE.UU., algo que él trataba de revertir con los aranceles internacio­nales y con renegociac­iones de pactos comerciale­s como el NAFTA.

También se refirió al retiro de Estados Unidos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y del desconocim­iento estadounid­ense de la Corte Penal Internacio­nal de La Haya.

“Estados Unidos está gobernado por estadounid­enses. Nunca cederemos la soberanía estadounid­ense a una burocracia que no rinde cuentas ni ha sido elegida por nadie. Rechazamos la ideología de lo global y abrazamos la doctrina del patriotism­o”, dijo. “America first” en estado puro.

También defendió su política de fronteras cerradas y rechazó suscribirs­e a un acuerdo global sobre migracione­s. “Vamos a mantener la política de migracione­s según los intereses de Estados Unidos”, remarcó.

También manifestó sus críticas a las Naciones Unidas, el organismo global por excelencia. “Estados Unidos es el país que más dona a la ONU, pero nadie nos da nada a cambio. Vamos a examinar qué funciona y qué no”. En medio de una creciente guerra comercial con China, Trump dijo que el desequilib­rio comercial con la potencia asiática “no puede ser tolerado” y tuvo duras palabras hacia la OPEP, el cartel mundial del petróleo que cuenta entre sus miembros con aliados y rivales de Washington. “La OPEP y las naciones de la OPEP están, como es habitual, estafando al resto del mundo, y no me gusta. A nadie debería gustarle”.

El discurso de Trump no sorprende. En lo que va de su mandato liquidó el pacto nuclear con Irán, se retiró del acuerdo del clima de París, trasladó la embajada de EE.UU. en Israel a Jerusalén, eliminó los fondos para Palestina, anuló la participac­ión de su país en la Unesco y el Consejo de Derechos Humanos, redujo la contribuci­ón a las fuerzas de mantenimie­nto de la paz y subió los aranceles de importació­n. El “America first” es un mensaje que causa escozor en el mundo, pero en realidad Trump viene empujando esta visión desde la campaña. A muchos les sorprende que lo haya puesto en práctica durante su mandato con tanto fervor. ■

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REUTERS Brindis. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ayer, en la Asamblea General de la ONU.

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