Clarín

Su CV manuscrito conmovió al país y consiguió trabajo: “Un angelito me escuchó”

En Córdoba. A tres días de que su currículum se viralizara, a Carlos Duarte lo llamaron de una fábrica. Empieza mañana.

- Javier Firpo jfirpo@clarin.com

Balbucea un puñado de palabras y se ríe. Pronuncia una frase, se abatata y más risas. Le reconoce a Clarín que está nervioso y feliz a la vez. Y que también, en estas últimas horas, se larga a llorar seguido. Más carcajadas. Así transcurre la charla con Carlos Duarte, el joven cordobés de 21 años, cuya historia de vida recorrió el país en los últimos días por el simple hecho de buscar trabajo y de dejar currículum­s escritos... ¡a mano! “Sé que no es muy presentabl­e y un poco de vergüenza sentía, pero no era la primera vez que lo hacía”, explicó.

Duarte cuenta que el viernes, cuando sus amigos festejabam el Día de la Primavera, él se levantó a las 5.30 y llegó a las 7 al centro de la ciudad de Córdoba para recorrer a pie toda la zona, negocio por negocio, pidiendo trabajo. “Por suerte mi abuela me ayudó y me dio para el colectivo. Yo me llevé un sanguchito para ir tirando y me puse a patear”.

El derrotero de Carlitos tuvo su broche en el local donde lo atendió Eu- genia, quien recibió su CV manuscrito y lo publicó en las redes. “Lo que más le agradezco es que no me rechazó, me escuchó y me recibió la hoja del cuadernito que le entregué con mucha vergüenza. ¿Si se apiadó? No, me vio honesto y con hambre”.

A menos de 96 horas de su raid busca, y luego de que su historia se viralizara, Duarte consiguió trabajo. No en el local de Eugenia, sino en una fábrica de vidrios a la que pudo llegar con ayuda de la Municipali­dad de Córdoba, que se interesó en su caso y le ofreció ayuda. Empezará mañana.

“No le puedo pedir más a la vida. Haber conseguido un trabajo fijo, en blanco, y un sueldo era lo que anhelaba”, confiesa el cordobés, que cobrará unos $ 16.000 por mes por ocho horas diarias. “Con mi primer sueldo, le prepararé un asado a mi gente querida y le haré un regalo especial a Eugenia, que es mi angelito”, promete.

Repite una y otra vez que tenía que conseguir algo: no podía volver a casa con las manos vacías, no hubiera sabido cómo enfrentar a su tía, que lo mantiene. “Es muy frustrante ver que tus amigos salen y uno no puede ni siquiera pagarse una gaseosa”, dice.

El sábado, a la hora de la siesta, las llamadas se multiplica­ban en el celular de Carlitos. “Seguro que es alguna promoción o número equivocado”, supuso. Hasta que su hermana lo puso en autos: “Tu CV manuscrito se viralizó en las redes”, le exclamó.

Incrédulo por todo lo que pasó, Duarte rescata “el apoyo de la gente” y “la sociedad que, a pesar de que no está bien, no pierde las esperanzas”. “Yo me siento el fiel reflejo de un pibe argentino, sin un mango, sin laburo, con mis viejos lejos (en Marcos Juárez), que no se resigna nunca. Que sepan que siempre que se busca, al final se encuentra. Yo no quiero planes sociales, subsidios, yo quiero arremangar­me y laburar. Nunca perdí la fe”, sorprende.

“Yo venía hace cuatro meses buscando y me mataba el rechazo, que además, a veces era agresivo. Pero no aflojé. Ya no me bancaba pedirle guita a mi tía Pechi, o comer de arriba en lo de mi abuela Margarita”, recuerda.

Con la tonada inconfundi­ble de la Docta, Carlos dice que ahora deberá aflojar con las entrevista­s, porque en 48 horas hizo más de 12. “No quiero entrar al trabajo como el famoso. Quiero cumplir con lo que me dicen y ganarme a la gente por cómo soy”.

Soltero reciente, la euforia se apodera de él cuando se le consulta qué pasaría si Tinelli lo convocara al Bailando 2018. “¿Sabés cómo voy? Ni lo dudo... Soy un gran bailarín, quizás con Eugenia -quien le recibió el CVpodríamo­s formar la pareja ganadora. Me sale el cholulo, ¿no?... Tendrían que hacer un Bailando sólo con gente que transpira en serio. Pero decile a Tinelli, y ya no me queda pedirle nada más a la vida”. Finalmente remarca que tres mujeres fueron protagonis­tas de este fragmento inolvidabl­e de su vida. Y no vacila: “Tengo en cuenta que tres mujeres me salvaron: mi tía, mi abuela y ese angelito que escuchó mi necesidad y urgencia”. ■

No puedo pedirle más a la vida. Un empleo estable, en blanco y un sueldo era lo que anhelaba”. Carlos Duarte (21 años)

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 ??  ?? De puño y letra. Sin plata para imprimirlo, el joven redactó así su “hoja de vida”. La imagen recorrió el mundo.
De puño y letra. Sin plata para imprimirlo, el joven redactó así su “hoja de vida”. La imagen recorrió el mundo.

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