Un coronel ruso de inteligencia, detrás del ataque con Novichok
de Gran Bretaña. Conocían los alias, que figuraban en sus pasaportes rusos. Ellos eran Ruslan Noshirov y Alexander Petrov pero siempre la policía antiterrorista pensó que eran identidades falsas. Los servicios de inteligencia conocían sus verdaderos nombres pero no los difundieron.
El ministro de Defensa Gavin Williamson dijo ayer que “la verdadera identidad de uno de los sospechosos del ataque a Salisbury revela a un coronel ruso. Yo quiero agradecer a toda la gente que está trabajando sin descanso en este caso”.
El gobierno de Londres acusó directamente a Rusia de atacar al ex espía ruso británico Serguei Skripal y su hija Yulia el 4 de marzo con Novichok, un agente nervioso desarrollado por ese Estado. Moscú lo niega. Skripal, un coronel del GRU ruso, se pasó a las filas de los británicos y colaboró activamente con los servicios de inteligencia española y británica para desmantelar el crimen organizado y el lavado de dinero ruso en la Costa del Sol. Esa habría sido una de las razones por la que lo atacaron y rociaron con Novichok el picaporte de su puerta, disimulado como perfume. Así los sospechosos consiguieron introducir el agente, a través del aeropuerto londinense de Gatwick.
El ex militar ruso y su hija, recién llegada de Moscú, fueron hallados en un banco, con convulsiones, espuma en la boca y problemas respiratorios cerca del restaurante donde habían ido a almorzar. Tras ser tratados por toxicólogos de todo el mundo, lograron salvarles la vida en el hospital de Salisbury. Viven protegidos por los servicios de seguridad británicos. ■