Martínez ya se convirtió en un hit para los hinchas que aún celebran
El talentoso volante se esfuerza para llegar en condiciones a la revancha frente a Independiente.
De cuestionado a aprobado. De silbado a aplaudido. De los murmullos de la platea San Martín a la ovación de todo el Monumental. De los reproches de sus compañeros adentro de la cancha a esos abrazos interminables. De los bajones a la confianza plena. Gonzalo Martínez vivió una transformación en River. Tal es así que pasó a ser un jugador idolatrado. El “puto amo”, como dijo alguna vez Pep Guardiola. La canción que se viralizó y fue furor en las últimas horas así lo demuestra.
“El Pity Martínez, que loco que está”, arranca el hit. Y continúa con una dedicatoria a Boca. Lo empezaron a entonar los hinchas de River que esperaron al plantel el domingo en el Monumental luego de la victoria en el Superclásico. Y estalló cuando vieron a Martínez a través de una de las ventanillas del micro. La Pitymanía no se detuvo. Siguió con memes en las redes sociales y el lunes, cuando se fue a hacer los estudios para conocer el grado de la lesión que lo obligó a salir de la Bombonera, los hinchas lo frenaron a cada paso y lo rodearon para pedirle autógrafos y fotos. Hasta un policía le solicitó una selfie.
Ser figura contra Boca y encima hacerle un gol al rival de toda la vida deja marcas de las buenas en River. Y eso es lo que vive Martínez mientras se esfuerza contrarreloj para llegar al duelo del martes contra Independiente por la Copa Libertadores.
Su gran nivel en los Superclásicos es una constante. Volvió a marcarle un gol a Boca como visitante para abrir el marcador. Además, hizo un gran partido hasta el momento en el que tuvo que ser sustituido por un pequeño desgarro en el bíceps femo- ral izquierdo. Esos 20 minutos le alcanzaron al 10 para convertir, ser figura y hacer delirar a los hinchas. De yapa, le tiró un caño brillante a Leonardo Jara.
No fue el primer buen partido que Martinez tiene ante Boca. En la Supercopa argentina en Mendoza convirtió de penal y había participado en la jugada previa con Ignacio Fernández, a quien Edwin Cardona le hizo la falta. El volante también asistió a Ignacio Scocco para el segundo gol. Demostró personalidad para conducir a River a una victoria muy festejada que vengó la final del Nacional 1976.
Y en el anterior Superclásico también disputado en la Bombonera se había despachado con un gol similar al de cuatro días atrás. Ese misil de zurda que se clavó en la red -y en el corazón- de Boca fue un calco del que había hecho hace un año y cuatro meses, también para abrir el partido en el último Superclásico disputado en ese escenario. Fue el 14 de mayo de 2017 cuando conectó de volea un centro de la derecha de Sebastián Driussi. Aquel partido terminó 3-1 a favor de River. Y Martínez no sólo aportó el gol. También asistió a Lucas Alario para el segundo.
Y si hubo partidos decisivos entre Boca y River en los últimos tiempos esos fueron en los octavos de final de la Libertadores 2015, la que conquistó el equipo de Marcelo Gallardo. En la ida en el Monumental, entró en el segundo tiempo y a él Leandro Marín le hizo el penal que luego Carlos Sánchez cambió por gol. Fue 1-0 y después el bochorno del gas pimienta en la Bombonera.
En partidos estivales Martínez también se destacó contra Boca provocando penales o dando asistencias. “Estos partidos son hermosos. Y si hacés las cosas bien, quedás marcado para toda la vida y en la historia del club”, afirmó el zurdo. El ya es un clásico dentro del Superclásico. Y los hinchas de River se lo reconocen con una canción que ya es un hit.