¿Biaggio pondrá a los titulares o se la juega con un equipo alternativo?
El entrenador pensaba reservar a algunos jugadores para la Copa Argentina y ahora tiene un dilema.
La Copa Sudamericana se había con- vertido en el gran objetivo para este semestre. No solo en lo deportivo (ganarla aseguraba jugar la Recopa Sudamericana y la Copa Suruga Bank, porque ya había logrado anticipadamente su plaza a la Copa Libertadores 2019), también en lo económico (sumó 925 mil dólares a sus arcas, pero se perdió otros 450 mil al no avanzar a los cuartos). Un equipo que fue puro ímpetu, pero sin ideas claras para sostener la ventaja de dos goles ni revertir un marcador adverso y con una única chance clara para convertir -el remate franco de Alexis Castro y el posterior rebote que tomó Adolfo Gaich- cuando restaban pocos minutos para concluir el partido, es la sín- tesis acabada para reflejar que la eliminación a manos de Nacional de Montevideo tuvo un doble sabor amargo y mucha desilusión.
No hay mucho tiempo para lamentos. El foco ahora estará puesto en la Copa Argentina, porque el miércoles medirá fuerzas en el Malvinas Argentinas de Mendoza ante Estudiantes de La Plata para obtener el codiciado pase a cuartos y los premios por superar cada ronda (hasta ahora recaudó 1.930.000 pesos y si se clasifica recibirá 1.310.000 pesos) ayudan a balancear los gastos mensuales. Tampoco puede descuidar su derrotero en la Superliga, donde tras un comienzo titubeante solo obtuvo una agónica victoria. Ganar, claro está, pasa a ser una necesidad imperiosa.
Claudio Biaggio sabe que no puede dar otro paso en falso. Cuando los resultados no acompañan, los cuestionamientos y ese murmullo de los inconformistas de siempre exige cambios (la mayoría de la veces sin importar el cómo, pero de manera urgente) afloraron rápidamente.
El entrenador no fue elegido casualmente. Cultor del perfil bajo, es un hombre de la casa que inició su recorrido trabajando en las divisiones juveniles y hacia allí volvió a dirigir su mirada. Forma parte de un proyecto que comenzó hace un año donde la estrategia dirigencial se sustentó en arropar un período de transición que apuró un equilibrio económico y potenció a un grupo de juveniles, dándoles cabida (en forma gradual, no exenta de algunos reemplazos forzados por ventas prematuras) en un equipo que resignó jerarquía individual y se resintió en lo colectivo.
Tomó las riendas en un momento caliente y en estos doce meses que lo tienen como conductor del plantel profesional administró con eficacia y cumplió con la exigencia primaria: el tercer puesto en la Superliga para clasificar a la Libertadores 2019.
El déficit se mantiene en el juego. Algunos buenos rendimientos y resultados en cuentagotas, pero la irregularidad marcó este semestre. La estadística así lo refleja: tres victorias, cinco empates y cuatro derrotas, con 17 goles en contra (nunca pudo mantener la valla invicta) y 16 a favor.
“Dolido, decepcionado y caliente”, graficó Biaggio tras la eliminación. En el horizonte aparece el sábado el duelo con Atlético Tucumán. ¿Apostará otra vez al equipo alternativo o pondrá lo mejor para dar ese salto de calidad que muchos ya le exigen?