Sorpresa en la Liga por las duras caídas de los gigantes Barcelona y Real Madrid
El Leganés dirigido por Pellegrino le ganó 2-1 a los de Messi. Sevilla goleó 3-0 a los blancos con Banega y Vázquez.
Dos escenas, dos derrotas, una sensación: en el fútbol de España, de repente, en una fecha de miércoles, el presunto y presuntuoso imperio de los gigantes parece tambalear.
Primera escena: en el estadio Municipal de Butarque, territorio breve de la Comunidad de Madrid, con capacidad para 12.450 espectadores, el defensor del título se comporta como un equipo barrial. El primero en la Liga de España cae ante el último. El Leganés -equipo sin títulos; club de periferia- da el golpe: dirigido por el argentino Mauricio Pellegrino se impone 2-1 frente al Barcelona de Lionel Messi y su constelación de amigos cracks. Un dato inverosímil para este tiempo de millonarios vencedores y pobres vencidos acontece: es la primera vez en la historia que el último de la tabla le da vuelta un partido a l Barça cuando es puntero primero. Hermosa belleza de fútbol, diría Eduardo Galeano.
Philippe Coutinho puso en ventaja al Barcelona, tras una asistencia de Lionel Messi. Pura normalidad.
Pero había mucho más por escribir luego de esos 12 minutos iniciales. Un partido más áspero y más parejo del esperado. Situaciones incómodas para un Barcelona que no se parecía al Barcelona habitual. Oscar y El Zhar, en un par de minutos, al inicio del segundo tiempo dan vuelta todo.
Segunda escena: En el Sánchez Pizjuán, el Sevilla volvió a demostrar que es capaz de noquear gigantes. Lo hizo de nuevo: esta vez, frente a un Real Madrid vestido de rojo, lo hizo pasar vergüenza. “Nervión se devora al Real Madrid”, titula el diario Marca desde el lugar de los hechos. Dos goles de André Silva -cuentan en Portugal que es el heredero de la impronta de Cristiano Ronaldo- y uno de Ben Yedder decretaron la goleada del equipo andaluz.
Golpeado, el Real Madrid volvió a demostrar fragilidades en uno de sus mejores intérpretes: defectuoso en partidos recientes, Marcelo -quizá el mejor lateral izquierdo del mundovolvió a fallar. Y para colmo se retiró lesionado.
Hubo un argentino que resultó decisivó para castigar a la Casa Blanca: Ever Banega. Administró a todo el equipo. Con la 10 en la espalda se comportó como el director de la orquesta. Impecable. Lo aplaudió el estadio entero. Franco Vázquez, el otro argentino, casi hace un gol de antología que evitó el travesaño.
Estos dos resultados cuentan una sensación que agrada: quizá esta temporada no todo el éxito resulte patrimonio del Real Madrid y del Barcelona. Parece que los dueños de casi todo pueden tropezar. Que pueden perder contra el último. Que pueden padecer una goleada. Que pueden quedar de rodillas... O algo así.
El cuadro de situación: ahora, en en el centro de la escena, puede asomar el Atlético de Madrid del Cholo Simeone. Equipo bravo, frecuente ocupante de las sombras de los dos gigantes, vencedor de la última Supercopa de Europa ante el Real Madrid. Disputadas 6 fechas, el Aleti marcha tercero a dos puntos, luego del 3-0 ante Huesca. Es una señal. Y no es poco a los efectos de imaginar una Liga de desenlace incierto.