La interna entre los conservadores británicos crece por el callejón del Brexit
El ex canciller Boris Johnson repudió al gobierno de May y exigió un divorcio contundente de Europa.
El ex funcionario sostuvo que una salida blanda es “peligrosa e inestable”.
La cola daba vuelta la manzana. Miles de personas lo esperaban como si fuera una visita real. Heredero en espera de Downing St. o “rock star”, el ex canciller británico y activo Brexitier Boris Johnson llegó el martes al mediodía a los suburbios de la conferencia conservadora como una estrella. Consiguió vaciarla, dejar al ministro del Interior británico hablando a una sala casi vacía porque sus fans -e incluso adversarios- corrieron a escucharlo.Todos querían saber si la decapitación de la primera ministra Theresa May sería ahora o después de que ella pierda su “Modelo Chequers “de Brexit moderado”, en una derrota en la Cámara de los Comunes.
La guerra civil conservadora al desnudo, en Birmingham, el corazón de la revolución industrial británica y hoy con las empresas abandonándola. Boris lanzó un abierto desafío a la autoridad de May como primera ministra y al “Soft Brexit” consensual, más cerca de Europa que del referéndum, que ella defiende.
Boris no dejó dudas: “Éste es el momento, éste es el tiempo, de abandonar Chequers. Si embotellamos Brexit ahora, créanme que las personas de este pueblo les será difícil perdonar”, bramó desde el atril, cuando habían tenido que ampliar las instalaciones del lugar porque no cabía más nadie. Destrozó al Modelo Chequers. Lo describió como “peligroso e inestable” para sumar una de sus letales frases. ”No es democrático y no es lo que nosotros votamos”, continuó.
Consumado orador, después de ganarse su vida como periodista y como speaker en conferencias, Boris arrinconó a la primera ministra y perturbó una vez más su frágil mandato. Se comportó como un aspirante a reemplazarla. La intimó a que vuelva a su posición original sobre la negociación europea, que había diseñado en Lancaster House en Londres en enero pasado. Solo si ella vuelve a ese modelo original, el pidió a los euroescépticos y Brexitiers que “deben apoyar a Theresa May de la mejor manera posible” para lanzar su acuerdo de libre comercio Super Canadá, que la Unión re- chaza y ni siquiera ha propuesto.
De lo contrario, en la primera fila de la conferencia, estaba la respuesta: una veintena de diputados conservadores dispuestos a votar contra el Modelo Chequers. Nuevos y viejos euroescépticos: desde John Reedwood, que le hizo la vida imposible al entonces premier John Major, a Zac Goldsmith, el millonario ecologista y diputado Tory. Tampoco faltaba su padre pro europeo Stanley y su hermana Rachel, periodista y liberal demócrata. A todos los une un rechazo a Chequers, más allá de sus diferencias ideológicas.
Con su pelo rubio recién oxigenado, traje oscuro y camisa blanca, el flamante divorciado Boris se dirigió al chancellor de las finanzas Philip Hammond, que había dicho el día anterior que Boris no tenía condiciones para ser primer ministro. “Es el pri- mer pronóstico del Tesoro en largo tiempo que tiene algo de verdad”, dijo con sarcasmo con respecto al funcionario que maneja la economía del país. Boris se formó en Bruselas junto a otros tres hermanos gracias a su padre diplomático, luego en Eton y Oxford, habla al menos nueve lenguas europeas y fue corresponsal en Bruselas de The Times y The Daily Telegraph. La UE es más conocida para el que para muchos de los ministros Torys. En su” Boris Day”, él describió el Modelo Chequers como una “indignación constitucional”.
“Esto no es pragmático, esto no es un compromiso. Es peligroso e inestable, política y económicamente”, alertó Boris, en un auditorio donde 4 de cada 5 delegados apoyaban a Boris Johnson y sus propuestas de Brexit. Su tono era Churchilliano, su ídolo. Luego de una ovación, Johnson continuó su desafío directo al compromiso de la premier, que la Unión Europa ha rechazado. “Mis queridos conservadores. Esto no es democracia. Esto no es tomar el control: es perder el control”. Para Boris, los británicos “están perdiendo la confianza en la libertad”. Atacó directamente a Jeremy Corbyn, el líder laborista, que se convierte en un posibilidad de ser premier, si hay elecciones anticipadas en Gran Bretaña. ■