Cristina y sus dos hijos van a juicio oral por los alquileres de Cristóbal y Báez
Lo decidió el juez Ercolini que los acusa de recibir dádivas de Cristóbal López y Lázaro Báez a través del alquiler “simulado” de propiedades. Es el cuarto juicio que acumula la senadora.
El juez Ercolini decidió que Cristina, Máximo y Florencia vayan a juicio oral por la causa “Los Sauces”. Son los hoteles y casas que López y Báez alquilaban en beneficio de la familia Kirchner a cambio de contratos de obra pública. La hija de CFK es la única que no tiene fueros.
Cristina Kirchner y sus hijos Máximo y Florencia irán a juicio oral acusados de ser parte de una asociación ilícita que se dedicó al lavado de dinero y a la recepción de dádivas por parte de empresarios amigos que se beneficiaron con contratos y obras del Estado. El juez Julián Ercolini dio por clausurada la investigación de la causa Los Sauces y elevó el expediente a juicio oral y público. El sorteo ya determinó que el Tribunal Oral Federal 5 conducirá las audiencias y dictará la sentencia.
Con Los Sauces, Cristina suma cuatro elevaciones a juicio oral. La causa del dólar futuro, el direccionamiento de la obra pública y el pacto con Irán completan la nómina.
La acusación sobre los dueños de la inmobiliaria que tuvo como principales inquilinos a Cristóbal López y Lázaro Báez - ambos presos por otras causas-, es la de asociación ilícita. La ex presidenta está señalada co- mo máxima responsable y su hijo como organizador. En la Justicia creen que usaron toda la operatoria como una pantalla para lavar plata proveniente de sobornos. Además, se les atribuye el delito de dádivas.
A juicio oral irán también López y Báez, ambos ya detenidos, Romina Mercado (hija de Alicia Kirchner), Osvaldo Sanfelice, Víctor Manzanares (ex contador de CFK) y los hijos de Báez, entre otros.
Para los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques, durante la ins- trucción se corroboró la existencia de una maniobra por la cual "una porción de lo que era sustraído al Estado Nacional - a través de la obra pública vial, mediante el pago de dádivas en virtud de los beneficios y concesiones otorgadas, etc.- iba a parar a los ex presidentes y a su núcleo familiar". Esto se concretó a través de un sistema "montado en base a la actividad inmobiliaria y hotelera que aquellos llevaban adelante a través de la empresa Los Sauces".
El objetivo, según el juez Ercolini, era "sustraer y apoderarse de millonarios fondos públicos". La operación se llevó adelante por más de 10 años, "hasta el 14 de diciembre de 2016", describió el juez.
Para Ercolini, la maniobra es parte de una "gran matriz de corrupción" que tiene como delito precedente la defraudación al Estado a través del direccionamiento de la obra pública a favor de Báez.
La operatoria contó con un grupo estable de personas, según el escrito al que accedió Clarín, empezando por los dos principales inquilinos: Báez y López que garantizaron el 86% de la facturación de Los Sauces SA. En dinero, unos $ 26 millones que fueron “a parar al patrimonio de los Kirchner”, mientras ambos empresarios eran “contratistas del Estado”.
Además, los empresarios K “habían recibido beneficios impositivos ilegítimos, y por ello, recurrieron a distintos esquemas de lavado de activos que aumentaron significativamente su patrimonio”.
Ellos fueron los responsables, “junto a los ex presidentes”, de “desarrollar un mecanismo permanente para el reciclaje de una porción de las ganancias”, de modo que una parte “pudieran llegar a manos de los ex mandatarios con la apariencia de haber sido obtenidas en forma lícita, es decir, como parte del sistema económico legal”.
De este esquema participaron Máximo y Florencia Kirchner. Al diputado nacional se le bajó la calificación a “organizador” y no quedó como “jefe” de la asociación ilícita. Como presidente de la firma realizó en representación de las sociedades la adquisición de propiedades, la firma y cobro
También irán a juicio Báez, López, Romina Mercado-sobrina de Cristina- y su contador.
de cheques con los que se “canalizaban los fondos, la firma de contratos de locación, y todos los demás actos a los fines de configurar, ejecutar y sostener la asociación delictiva, beneficiándose a su vez con su producido”.
Por su lado, la hija de Cristina Kirchner, después del fallecimiento del ex presidente se incorporó a Los Sauces, y brindó “su aval y aprobación a la operatoria ilegal que venían desarrollando sus padres y su hermano a través de las sociedades y del patrimonio personal de su padre”.
También, como vicepresidenta de la inmobiliaria y empleada de la misma, se “ocupó de la adquisición de propiedades y retiró dinero que previamente habían sido aplicados a las actividades hotelera e inmobiliaria bajo los cuales la organización reciclaba los fondos ilícitos”. ■