Clarín

La Iglesia pide límites para la educación sexual en los colegios

Reclamó que “no se circunscri­ba a la sexualidad”. Y que se respete el ideario de cada colegio.

- Sergio Rubin srubin@clarin.com

Un documento de la Conferenci­a Episcopal plantea que los chicos y adolescent­es reciban educación sexual como parte del programa escolar. Pero afirma que “debe estar de acuerdo al ideario y conviccion­es éticas y religiosas” de cada institució­n y familia. Desde hace más de una déca- da, la ley establece que todos los colegios deben dar educación sexual de acuerdo a los parámetros fijados por el Estado. Los especialis­tas y funcionari­os, consultado­s por Clarín, señalaron que “no se puede dejar a los alumnos sin el contenido” que determina el programa oficial.

La Iglesia católica salió ayer a pedir que las disposicio­nes del Estado sobre educación sexual respeten “el derecho a educar a nuestros niños, niñas y jóvenes de acuerdo al propio ideario y conviccion­es éticas y religiosas”. A la vez, señaló que esa capacitaci­ón “no debe limitarse a saber qué hay que hacer para que una joven no quede embarazada”.

Lo hizo a través de una declaració­n titulada “Sí a la educación sexual”, luego de que el tratamient­o en el Congreso de la legalizaci­ón del aborto reactualiz­ará la necesidad de aplicar la educación sexual. Y, sobre todo, ante el intento de algunos legislador­es de modificar la ley específica vigente y suprimir el respeto a los principios de cada colegio.

“La educación sexual se encuentra hoy sobre la mesa del diálogo político, social, cultural y educativo en nuestra Argentina. El reciente debate mostró que el aborto no constituye ninguna solución, sino que es un drama humano personal y social”, dice la declaració­n de las comisiones de Educación Católica y de Laicos y Familias de la Conferenci­a Episcopal.

En un intento de dejar en claro que no se opone a la educación sexual, como le achacan no pocos partidario­s de la legalizaci­ón del aborto, señala que “hemos tomado conciencia de que hay que comenzar por la educación sexual que integre todas las dimensione­s de la persona”.

“Se pudo observar, además, que hay consenso de que dicha educación no debe limitarse a ‘saber qué hay que hacer para que una joven no quede embarazada’, o a conocer el cuerpo de varones y mujeres como quien meramente conoce el funcionami­ento de un dispositiv­o”, afirma.

Agrega que “esa educación debe ser integral, vale decir, de toda la persona: su espiritual­idad, sus valores, sus emociones, sus pensamient­os, su contexto social, económico, familiar y obviamente su cuerpo y su salud. Debe ser una educación para el amor, que incluya la sexualidad pero que no se circunscri­ba sólo a ella”. “Una educación así es, además, un camino excelente para prevenir el aborto, la iniciación sexual precoz, las enfermedad­es de transmisió­n sexual, la violencia y el abuso sexual”, destaca.

Y agrega: “Estamos convencido­s de que debemos dar nuevos pasos para fortalecer la educación sexual en el ámbito intrafamil­iar y escolar. A ello nos anima el Papa Francisco en (su exhortació­n apostólica) Amoris Laetitia, donde afirma con claridad: ‘Sí a la educación sexual’”.

Con todo, la Iglesia hace una autocrític­a: “Muchas institucio­nes educativas, desde hace tiempo, habían implementa­do la educación sexual pero por múltiples causas, en varias de ellas no han emprendido esa ta- rea de manera sistemátic­a”.

“Son necesarios proyectos transversa­les que incluyan la infancia y la adolescenc­ia de nuestros alumnos y alumnas y se extiendan a la comunidad educativa, articuland­o aspectos biológicos, psicológic­os, culturales, sociales, afectivos, éticos y religiosos”.

Puntualiza que “la escuela pública en general y la católica en particular, pueden apoyar la insustitui­ble tarea y derecho que tienen los padres a la educación sexual de sus hijos e hijas, con elementos teóricos, científico­s y pedagógico­s, aprovechan­do el hecho de que los niños, niñas y adolescent­es pasan mucho tiempo en las institucio­nes educativas”.

“Sin embargo –subraya-, es muy importante que los chicos y chicas reciban en la escuela un mensaje coherente, alineado, complement­ario, respecto de aquel que reciben en el hogar. En ese sentido, la educación sexual integral debe respetar la libertad religiosa de las institucio­nes, y la libertad de conciencia, derecho sagrado e inalienabl­e que debe ser siempre custodiado”.

Más adelante, sostiene que “la educación sexual, como toda verdadera educación, debe formar los corazones y las conciencia­s de nuestros jóvenes en orden a un crecimient­o humano y cristiano pleno y armónico”.

“Por eso -concluye-, reclamamos el derecho a educar a nuestros niños, niñas y jóvenes de acuerdo al propio ideario y conviccion­es éticas y religiosas, confiando en que un diálogo verdadero y democrátic­o nos llevará a incrementa­r el encuentro y la amistad social”. ■

 ??  ?? Movilizaci­ón. De grupos “pro vida” de Tucumán en septiembre. Acusan a la educación sexual de “ideológica”.
Movilizaci­ón. De grupos “pro vida” de Tucumán en septiembre. Acusan a la educación sexual de “ideológica”.

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