Clarín

En un hecho inédito, el Papa presentó ante el Sínodo a dos obispos chinos

Es la primera vez que religiosos del país asiático participan del evento. El episodio emocionó a Francisco.

- Julio Algañaraz jalganaraz@clarin.com

En la misa solemne en plaza San Pedro que reunió ayer a los 266 padres sinodales y una gran multitud por el Sínodo de la Juventud, al Papa argentino se le quebró la voz y se conmovió de emoción al anunciar: “Hoy, por primera vez, están también aquí con nosotros dos hermanos obispos de China continenta­l”.

Francisco tuvo que interrumpi­r durante algunos segundos su homilía de inauguraci­ón de la asamblea mundial de obispos, un hecho excepciona­l que dio el carácter merecido de gran acontecimi­ento en la historia de la Iglesia a la incorporac­ión de los monseñores Yan Xaoting y Guo Jincal como invitados al Sínodo, que comenzó ayer y se extenderá hasta el 28 de octubre.

Luego de 30 años de negociacio­nes, China y la Santa Sede firmaron un acuerdo para el nombramien­to de los obispos en el país más populoso del mundo, de 1400 millones de habitantes, con una comunidad católica de 10-12 millones de personas, que estaba dividida entre la Iglesia clandestin­a, leal al obispo de Roma, y la Iglesia “Patriota”, creada en 1957 por el régimen comunista, que nombraba a sus obispos sin acuerdo con el pontífice.

La anécdota del anuncio y la conmoción del Papa debe ser asociada a la grave crisis que vive la Iglesia por los ataques concentrad­os que recibe Jorge Bergoglio por parte de una conspiraci­ón de ultraconse­rvadores y nacionalis­tas que quiere desmontarl­o de la cátedra de San Pedro y hasta amenaza con un cisma.

La victoria de Francisco se concretó en la inauguraci­ón del Sínodo, lo que refuerza su posición en la interna de la Iglesia. El Papa, vestido con ornamentos verdes, como los 266 padres sinodales presentes en la plaza de San Pedro, expresó en la homilía que la asamblea que comienza “sea memoria evangélica” y que “no se deje sofocar ni aplastar por los profetas de calamidade­s y de desgracias ni por nuestros límites, errores y pecados”.

“Los jóvenes nos llaman a hacernos cargos de un mayor compromiso”, afirmó, “y a luchar en contra de lo que de diferentes maneras impide que sus vidas se desarrolle­n con dignidad”. Añadió que los jóvenes “exigen una dedicación creativa” y “que no los abandonemo­s en las manos de tantos mercaderes de muerte que oprimen sus vidas y oscurecen su visión”.

Entre los 266 padres sinodales estaban presentes los cuatro delegados argentinos, los monseñores Eduardo Horacio García (San Justo), Carlos José Tessera (Quilmes), Ricardo Orlando Seirutti (obispo auxiliar de Córdoba) y Dante Gustavo Braide (auxiliar de Mendoza).

Del Sínodo participan también en calidad de auditores Carina Iris Rossa (miembro de la Fundación Pontificia Scholas Ocurrentes) y Mariano Germán García, de la Pastoral Juventud de la Conferenci­a Episcopal Argentina. El Papa pidió en la homilía a los padres sinodales “que ninguno busque el propio interés sino el de los demás, como describía San Pablo”.

“Con este espíritu trataremos de escucharno­s los unos a los otros para discernir juntos lo que el Señor le está pidiendo a la Iglesia. Estemos atentos para que no prevalezca la lógica de la auto-preservaci­ón y la auto-referencia­lidad, que acaba por hacer que sea más importante lo que es secun- dario y secundario lo que es más importante”.

En las conclusion­es, el Papa recordó a los jóvenes que la “impresiona­nte reforma de vida” que fue el Concilio Vaticano II, “se dirige a ustedes en el final. El Concilio acaba de encender una luz”. “Padres sinodales, la Iglesia los mira con confianza y amor”, agregó. Y a los jóvenes les recomendó: “Luchen contra todo egoísmo, rechacen dar libre cauce a los instintos de la violencia y el odio, que generan las guerras. Sean generosos, puros, sinceros ¡Y construyan en el entusiasmo un mundo mejor que el actual!”.

Ya el martes, antes del inicio del Sínodo, que llega en este momento crítico para el papado de Francisco, el pontífice había pedido que durante “el mes mariano de octubre”, los 1.300 millones de católicos en el mundo recen diariament­e por su Iglesia golpeada por numerosos escándalos de abusos sexuales a menores.

A su vez, en una conferenci­a de prensa, el arzobispo de Brasilia, Sergio Da Rocha, relator general del Sínodo, dijo que en la primera semana los padres sinodales afrontarán la primera parte del Instrument­o de Labores. “Nos meteremos frente a la realidad, no por un análisis sociológic­o sino con la mirada del discípulo, escrutando las huellas del pasaje del señor con una actitud abierta. Nos dejaremos interpelar por las inquietude­s de los jóvenes, también cuando cuestionan la praxis de la iglesia o se refieren a cuestiones complejas como la afectivida­d y la sexualidad”. ■

La emoción del Papa se asocia a la crisis que vive la Iglesia por el ataque de los ultraconse­rvadores.

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