Clarín

Un camino más largo y difícil, pero que lleva a buen puerto

- Iván Petrella Director de Argentina 2030 en la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación

Cuando asumió el gobierno de Cambiemos no había una o dos cosas mal, sino que prácticame­nte todo estaba mal. Cepo, default, déficit fiscal, inflación, una economía que no generaba hacía años empleo privado, enormes distorsion­es en las tarifas energética­s, ausencia de inversión, destrucció­n de infraestru­ctura. Y fuera de lo económico: corrupción, control de la prensa, nulo respeto por las institucio­nes y un largo etcétera.

Sinceramen­te, creíamos que podíamos salir de todo esto de forma más gradual. Los primeros dos años aplicamos ese plan, con un mundo que estaba dispuesto a financiarn­os en el camino. Pero en este tercer año nos encontramo­s con una situación muy difícil. Primero, inundacion­es, después sequía, EE.UU. subiendo la tasa de interés y cada vez más conflictos comerciale­s en el mundo. Además, Brasil, nuestro principal socio comercial, en una situación complicada de la que no termina de salir. Y, sobre todo esto, un escándalo de corrupción que salpica no sólo a gobiernos si- no también a empresas argentinas.

Hoy hay dos caminos por delante. Uno, el que históricam­ente tomaron nuestros gobernante­s, es el camino del atajo. Es el camino de las medidas que suenan muy fuerte pero sirven muy poco. Las vemos una y otra vez en algunos opositores, que cuando gobernaron las aplicaron y así nos fue. Hay otro camino, que es más largo y más difícil, pero que también lleva a un mejor lugar. En ese camino no hay medidas altisonant­es. No son las cosas que suelen pedir los más populares analistas políticos. Y no es un camino grato políticame­nte, porque implica decir la verdad, y hacer lo correcto.

¿Un ejemplo de esto? En el sector energético arrastrába­mos años de despilfarr­o. Pagábamos cualquier cosa y cada vez teníamos menos energía. Para cortar con esto había que cambiar nuestra forma de pensar: comunicar una cultura del ahorro en un país acostumbra­do a derrochar, construir un sistema de tarifas sociales para los más necesitado­s y que el resto, con mayor esfuerzo, pagara lo que consumía. Ya se ven los frutos: vamos a exportar gas y petróleo, y recuperare­mos aún antes de lo que creíamos la autosufici­encia energética. Lo que hoy debemos discutir no es si van a tener o no energía nuestras casas y fábricas, como hace tres años, sino cómo vamos a aprovechar la enorme riqueza que producirá el sector.

Imaginemos lo mismo que pasa en la energía pero con la infraestru­ctura. O con las industrias del conocimien­to y los servicios. Imaginemos lo que pasa con nuestro sector agropecuar­io cuando los productos, gracias a un gobierno que busca constantem­ente nuevos mercados, aparecen en cada vez más góndolas del mundo. Imaginemos a nuestras fábricas produciend­o de forma más integrada globalment­e, agregando cada vez más complejida­d a nuestra economía.

Hay un camino para salir adelante. Y ese camino necesita un gobierno que haga, simplement­e, lo correcto. Que no opte por atajos y por la típica política argentina de hipotecar el futuro. Eso buscamos, en eso estamos. ■

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina