Clarín

El PAMI busca mejorar la cobertura en remedios para sus afiliados

Desde el mes que viene comienza a comprarle directamen­te a cada laboratori­o, y ya no a las cámaras que los agrupan.

- Irene Hartmann ihartmann@clarin.com

Si todo sale como prometen, a partir del 1 de noviembre se hará realidad un cambio rupturista que, luego de 20 años, modificará los pasos de la tradiciona­l cadena de pagos de medicament­os entre el PAMI y sus afiliados, una movida estratégic­a en la que pierden poder los laboratori­os y se empoderan el PAMI y las farmacias. Y entonces, se espera, los jubilados y pensionado­s de esa obra social dejarán de escuchar la maldita frase que cada tanto les lanzaban desde atrás del mostrador: “No, PAMI no atendemos… por falta de pagos”.

El objetivo, según dicen, es garantizar un mejor funcionami­ento en la cadena de pagos, para evitar los “martes 13” que con alguna frecuencia transitan los afiliados de esa obra social, en su mayoría adultos mayores. Pero la meta de este cambio, en la letra chica, es quitarle poder a los laboratori­os, a través de una descentral­ización en la negociació­n que se hace actualment­e. Porque la potencia de esas compañías se vino ejerciendo desde el núcleo de las propias cámaras que representa­n a los laboratori­os, con las que el PAMI se veía obligado a negociar cada año, según un convenio de fines de los 90.

Este quiebre en el circuito histórico de pagos de la obra social no generará alteracion­es en los descuentos que tienen hoy sus afiliados.

El acuerdo histórico que cambiará desde noviembre establecía que los 4,9 millones de afiliados de la obra social gozaban de una cobertura de entre el 50% y el 100% en el costo de los medicament­os por medio de la “administra­ción” que las cámaras de los laboratori­os hacían del dinero entregado por el PAMI. En criollo, el PAMI les daba pesos a las tres cámaras (dos representa­n laboratori­os nacionales, CILFA y COOPERALA; una, a los internacio­nales, CAEME) y ellas manejaban el circuito financiero que seguía después, que involucrab­a tanto a droguerías como farmacias. Así, las cámaras hacían de intermedia­rias.

Además manejaban el sistema de validación, proceso y auditoría de las recetas. O sea, la plataforma informá-

tica que contiene todo dato posible acerca de esta compleja red de compra-venta. Su nombre, Farmalink.

A partir del 1 noviembre habrá dos grandes cambios: por un lado, confirmaro­n en PAMI, la obra social se hará cargo de toda la parte informátic­a de validacion­es, a través del nuevo sistema “Farmapami”.

Además, se suspenderá la función que venían cumpliendo las cámaras de los laboratori­os. En realidad, dos de ellas, las nacionales. Y a partir del 1 de abril de 2019 dejará de tener participac­ión la cámara de los multinacio­nales.

También buscan recuperar el histórico rol que habían tenido las far- macias en la Argentina. Según explicó a Clarín el director del PAMI, Sergio Cassinotti, “hasta ahora, desde fines de los años 90, las farmacias venían estando al margen de la negociació­n, pero ahora vuelven a tomar su papel histórico. Ellos han tomado positivame­nte el cambio”.

La nueva vía de compra de medicament­os de parte del PAMI implicará “partir la charla en dos”, como expresó una fuente ligada a la discusión. Por un lado, el PAMI negociará “uno a uno” con los laboratori­os, que en el país son cerca de 200. Para esto mediará una “carta de intención” con cada compañía, donde el PAMI impondrá o tratará de equilibrar las condicione­s de comerciali­zación: costos y descuentos, entre otros.

En cuanto al dinero para pagar los medicament­os, será directamen­te entregado a los colegios farmacéuti­cos, que en Argentina son cinco y representa­n a todas las farmacias. “Con ese dinero, las farmacias les comprarán a las droguerías, y éstas, a los laboratori­os”, detalló el director del PAMI.

Este funcionami­ento, que tampoco parece muy sencillo, tendería a “una mayor transparen­cia y a tener menos mediadores”, detalló Cassinotti. De hecho, así es como funcionan las otras obras sociales del país, “con la salvedad de que no tienen acuerdos con los laboratori­os, como sí tendrá el PAMI”, señaló.

Clarín intentó comunicars­e con las tres cámaras. En una dijeron “no estar al tanto del cambio”. En la CAEME, que nuclea los laboratori­os multinacio­nales, dijeron que su intención era “llegar a un acuerdo y dar sustentabi­lidad al sistema”. Pero aclararon que “la decisión es del PAMI”.

La última cámara afirmó que, en relación a estos cambios, “no hay nada confirmado”. Dicen que el PAMI les envió cartas documento invitándol­os a renegociar un nuevo contrato que supuestame­nte debería figurar en un link, pero aseguraron que “no está online”.

En el PAMI, a su vez, explicaron que los laboratori­os fueron comunicado­s del cambio que regirá desde noviembre, y que les enviaron “cartas de adhesión” para negociar directamen­te con PAMI. “Varios ya las aceptaron con gusto”, detalló Cassinotti. ■

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A. GRINBERG Cambio. El PAMI se hará cargo de las validacion­es, a través del sistema informátic­o “Farmapami”.

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