San Lorenzo se trajo de Mendoza la clasificación y otras buenas noticias
La actuación de Gaich, el momento de Navarro y la vuelta de Belluschi son señales para el despegue del equipo.
San Lorenzo encontró la paz que tanto buscaba en Mendoza. Después de la dura eliminación en la Copa Sudamericana ante Nacional de Montevideo, necesitaba entregar fuertes señales de vida. Y lo hizo con un justo triunfo 3-1 ante Estudiantes de La Plata que lo deposita en cuartos de final de la Copa Argentina, donde ya esperaba Temperley.
La victoria no fue la única buena noticia para San Lorenzo. El regreso de Fernando Belluschi y la gran actuación de Adolfo Gaich, el juvenil que hizo olvidar la ausencia del capitán Nicolás Blandi, son otras razones que alimentaron la ilusión de un equipo que llegaba al estadio Malvinas Argentinas con una pesada mochila a cuestas.
En el partido no pasó nada relevante hasta los últimos cinco minutos del primer tiempo; hasta que apareció Nicolás Navarro con una fantástica atajada para negarle el gol a Pablo Lugüercio. En pocos segundos la pelota ya estaba en la otra área, donde Rodrigo Braña derribó a Gaich y el árbitro Fernando Espinoza marcó correctamente el penal que discutió todo Estudiantes. Poco le importó a Pablo Mouche, que definió fuerte, bajo y a la izquierda de Mariano Andújar para marcar el gol que cambió la historia del juego.
Los 40 minutos que precedieron a ese final caliente dejaron poco y nada. Como dos boxeadores, Estudian- tes y San Lorenzo se estudiaron y se midieron, pero siempre con la guardia alta para no recibir golpes. Fue mucho mayor el miedo a quedar eliminado del torneo que se transformó en el gran objetivo del año para ambos que la ambición por buscar el arco rival.
Faltó claridad y sobraron las imprecisiones en el manejo de la pelota. Rubén Botta de un lado y Lucas Rodríguez del otro, los principales responsables de la generación de juego, no encontraron socios y por eso los arqueros tenían un partido muy tranquilo, hasta que llegó ese final de etapa frenético.
El complemento fue distinto. Porque el empate llegó rápido gracias a la especialidad histórica de Estudiantes: la pelota parada. Tiro libre de Fer- nando Zuqui, cabezazo de Fabián Noguera y gol Facundo Sánchez para volver a empezar.
Pero el panorama ya era bastante diferente. Claudio Biaggio, después de dos sustituciones obligadas por las lesiones de Gerónimo Poblete y Fabricio Coloccini, guardó su mejor carta para el tercer cambio. Mandó a la cancha a Belluschi y el mediocampista, que no jugaba oficialmente desde el 11 de marzo en el clásico ante Huracán, encendió el juego de San Lorenzo.
Se hizo cargo del equipo y comenzó a manejar los tiempos y la pelota. Su regreso cambió a un equipo que sufrió demasiado su larga ausencia. Y su gran asistencia para el gol de Nicolás Reniero marcó el quiebre definitivo de un partido que definió el juvenil Gaich en otra contra que se inició con una recuperación de Belluschi cerca de su área.
Así San Lorenzo, que no puede despegar en la Superliga, encontró en la Copa Argentina un motivo para la ilusión. El próximo rival será Temperley en cuartos de final de un torneo que se transformó en la principal meta de fin de año para un equipo que se fue de Mendoza con la satisfacción de la victoria, la confianza que genera el regreso de Belluschi y la ratificación de que Gaich puede seguir entregando alegrías en el corto plazo. Nada mal para un equipo que dio la cara en un momento complicado y se esperanza con un futuro mejor.
“Uno sabe que en esta profesión se cuestionan muchas cosas. Sé que estos jugadores están haciendo un gran esfuerzo. El partido ante Nacional fue algo atípico, pero nos tocó perder”, explicó el Pampa Biaggio tras la victoria. Y el respiro... ■