Balance de una semana agitada: sin ventas del Central, el dólar bajó 7%
Cerró a $ 38,91 contra $ 41,88 del viernes. El tipo de cambio se mantiene en el centro de la banda cambiaria.
Ayer por la tarde los funcionarios de Hacienda y del Banco Central se esmeraban en distribuir un gráfico donde mostraban que el peso argentino se había revelado como la moneda que más se fortaleció en la semana contra el dólar. Claro, se trata de la moneda que más se devaluó en el año contra la moneda estadounidense. Como sea, al cierre de la semana se respiraba cierto alivio en el Gobierno en general por la reacción de los mercados ante el inédito -por lo riguroso- programa monetario que puso en marcha el Banco Central, cuyo eje es evitar que la base monetaria se expanda un solo peso de acá a junio del año que viene.
La realidad es que el dólar en el mercado minorista se terminó vendiendo ayer a $ 38,91, un 7% por debajo del precio que el Banco Central había relevado el viernes de la semana anterior.
En la semana no hubo intervención del Banco Central -que se comprometió a vender divisas solo en el caso de que el dólar supere los $44- y tampoco de Hacienda. El Banco Nación vendió algo -posiblemente de Hacienda- en el arranque de la semana, pero luego se retiró del mercado.
Claro, el retroceso del tipo de cambio - ¿el inicio de la pax cambiaria?tuvo como contraparte un apretón monetario que se tradujo en una fuerte suba de la tasa de interés que se reflejó en las cinco licitaciones de Leliqs que hizo el BCRA en la semana. Arrancó pagando una tasa promedio del 67,17% y ayer terminó pagando 73,31%. El grueso de las colocaciones de Leliq fueron para renovar vencimientos. Al cabo de la semana, se absorbieron apenas 3.082 millones de pesos.
En el sistema financiero explican que los bancos tienen mucha liquidez a principios de mes para asegurarse el cumplimiento de los requerimientos que exige el Banco Central, y por eso no hubo mucha absorción de pesos en los cinco primeros días de octubre. Pero se espera que a partir del lunes la aspiradora del Central empiece a funcionar mejor.
Pero la política de tasas altas -que no lo son tanto porque estuvieron a la par de lo que se estima fue la inflación de septiembre- operó también
sobre los expertos en finanzas, porque derivaron en una fuerte caída en la demanda de dólares. “La verdad es que con el correr de la semana nos dimos cuenta de que no hay muchas chances de que el dólar se les escape, porque tampoco hay tantos pesos, y son cada vez más quienes piensan que luego de una devaluación tan fuerte apostar al carry (en definitiva al peso) es tal vez un mejor negocio que posicionarse en dólares” le dijo a Clarín un avezado operador de una mesa de dinero de un banco extranjero.
Precisamente, lo esperan en el Banco Central es que con el dólar apuntando para abajo y las altas tasas de interés que cobran los bancos por créditos en pesos, los individuos, pero sobre todo las empresas, empiecen a desprenderse de sus dólares.
“Es que si te quedás con los dólares y aceptás pagar las tasas que te piden los bancos perdés plata” explica el gerente financiero de una empresa mediana que, según le confesó a este diario, tomó la decisión de sprenderse de divisas que compró a $ 35 pesos.
En el mercado señalan que para que la venta de divisas del sector privado se consolide, el mercado cambiario debería perder volatilidad, es decir que recorte los picos y valles.
En ese sentido, lo que pasó en septiembre y lo que va de octubre es significativo. El dólar mayorista cotizaba en la última rueda de agosto a $ 38,53 y ayer cerró a $ 37,85. Es decir, ayer valía 1,8% menos que un mes atrás, pero en el medio la inflación fue de al menos 6% y el tipo de cambio en sí tuvo muchos serruchos.
El problema de esos serruchos es que paralizan la toma de decisiones, porque quien tiene las divisas no está seguro de estar vendiendo en el momento adecuado. Y el mercado pierde liquidez. ■