Las elecciones de noviembre, un test clave para el magnate
Casi dos años después de la llegada al poder de Donald Trump, los estadounidenses están llamados a votar para dar un veredicto sobre su presidente, en unos comicios legislativos que dictaminarán si el Partido Republicano sigue teniendo el control del Congreso y marcarán el paso sobre la política y la economía.
¿Estarán hastiados los estadounidenses con las maniobras del inquilino de la Casa Blanca, lo suficientemente como para castigar en la Cámara de Representantes y en el Sena- do a los republicanos? La respuesta a esta pregunta saldrá de las urnas el 6 de noviembre.
Los demócratas apuestan a que su color insignia, el azul, va a barrer el mapa electoral y arrebatar a los republicanos el control del Congreso.
Pese a que Trump, uno de los líderes más controvertidos que ha tenido Estados Unidos, no estará en las papeletas, su sombra se proyecta sobre todo el proceso, que él mismo calificó como “la elección legislativa más importante de estos tiempos”.
En consecuencia, Trump anima regularmente actos en distintos esta- dos para intentar movilizar a su base, atacando a los demócratas, a los que califica de “obstruccionistas”, y promocionando su gestión de la economía y los cambios en temas migratorios. “Yo no estoy en la boleta”, dijo a sus seguidores este martes en Misisípi. “Pero, sí estoy en la boleta porque se trata también de un referéndum sobre mí”, agregó.
Algunos republicanos prefieren guardar una distancia prudente de Trump, cuya popularidad en las encuestas es débil. Pero muchos candidatos saben que su destino está unido al del presidente.
Los demócratas se sienten alentados por campañas con recaudaciones de fondos abultadas, con las que esperan hacerse con escaños en estados tradicionalmente republicanos.
La oposición aspira a ganar en plazas como Tennessee, Georgia, Kansas y Texas, para volver a controlar el Congreso, compuesto por una Cámara de Representantes de 435 miem- bros y un Senado de 100 miembros.
“La gente siente los vientos de cambio aquí”, dijo a la AFP en la localidad de Austin, en Texas, Tariq Thowfeek, el director de comunicación del Partido Demócrata en este estado tradicional del sur. Como ejemplo señaló al candidato salido de las bases Beto O’Rourke, una osada apuesta de los demócratas frente al consagrado senador republicano Ted Cruz. Si O’Rourke consigue la hazaña, sería indicio de un cambio mucho más fuerte en todo el país.
En su campaña, O’Rourke reitera constantemente que se trata de “un momento definitorio” y ha puesto sobre la mesa temas como el sistema sanitario, que es clave para los votantes demócratas. Pero tampoco se ha olvidado de asuntos como el empleo, la educación, una reforma del sistema de justicia, un ajuste de las políticas migratorias y también ha planteado el delicado tema de la legislación sobre las armas. ■