Brasil hoy elige presidente, con Bolsonaro como amplio favorito
El dirigente populista, preferido de los mercados, lidera las encuestas desde el inicio de la campaña y ampliaba la diferencia. El delfín de Lula buscó conquistar al centro.
En los sondeos de anoche, el ultraderechista Bolsonaro ampliaba su ventaja sobre el lulista Haddad. Los analistas creen que habrá ballotaje, pero no descartan que haya batacazo en la primera vuelta.
En la elección presidencial de este domingo , 147 millones de brasileños deben decidir quién será el dirigente que ocupe el Palacio del Planalto a partir del 1º de enero de 2019. Y por primera vez en la historia pos dictadura los comicios serán seguidos in situ por una misión de la Organización de Estados Americanos, liderada por Laura Chinchilla, ex presidenta de Costa Rica. La comitiva llega por una invitación del gobierno brasile- ño cursada en septiembre pasado, luego que el candidato Jair Bolsonaro del Partido Social Liberal cuestionara la posibilidad de fraude en función del voto en urnas electrónicas.
Se llega a esta primera vuelta de las elecciones con los inversores entusiasmados ante la posibilidad real del triunfo de Bolsonaro. Este candidato de duro perfil antisistema y posiciones populistas extremas, ha expresado su intención de continuar con la agenda privatizadora, si bien su think tank se ha mostrado remiso a vender el control de las estatales brasileñas. Los dueños del capital, sin embargo, apuestan al eventual futuro ministro de Hacienda, Paulo Guedes, que asumiría ese cargo. Lo cierto es que en la semana hubo un proceso de encarecimiento del real frente al dólar (ahora está en 3,85); y un aumento significativo del flujo en la Bolsa de San Pablo. Bolsonaro esta favorito y su rival principal es el petista Fernando Haddad, un académico moderado que ni espanta ni es querido por los mercados que esperan definiciones del delfín de Lula.
Los comicios ocurren, en esta oportunidad, en una situación económica delicada que en gran medida explica el extraordinario panorama político que presentan. Hay 13 millones de brasileños sin empleo y un crecimiento negativo por dos años (20152016) que apenas logró una recuperación muy parcial en 2017 y que este 2019 mostrará un pálido avance de 1%. El próximo presidente deberá enfrentar un déficit fiscal primario inédito en una década.
Hasta 2013, el país registró fuertes superávits fiscales con crecimiento fuerte de todas las variables económicas. A partir de 2014, año de la reelección de la ex presidenta Dilma Rousseff, el país comienza a registrar
déficits en las cuentas públicas. Y ese rojo se torna virtualmente inmanejable desde 2016, año del impeachment contra la ex jefa de Estado. Los últimos informes sobre la actividad económica son desalentadores: en agosto, la producción industrial cayó 0,3%, luego de registrar retrocesos en julio y junio según datos oficiales Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
Ese escenario generó una enorme decepción en la población que perdió 10% de su ingreso per capita debido a la recesión y quedo escandalizada con las denuncias de corrupción que afectan a casi todos los dirigentes políticos y prácticamente a todos los partidos.
Bolsonaro ha hecho campaña planteando que ira con todas las herramientas del Estado contras las mafias del narcotráfico, un mensaje importante a nivel electoral en un país que el año pasado registró más de 60 mil asesinatos. Parte de su retórica es promete la liberación de la venta de armas y colocar militares en todos los ministerios. Haddad buscó una via más moderada tratando de retener el voto que le traspaso su jefe Lula y ganar las simpatías del centro político que fue su respaldo político cuando ganó la intendencia de la populosa e importante ciudad de San Pablo.
Encabezados por Bolsonaro y Haddad, una de las características destacables de estas elecciones de 2018 es la cantidad de presidenciables. Ascienden, según la justicia electoral, nada menos que a 14. Los brasileños deberán elegir también 54 senadores de un total de 81. Eso significa una renovación de 66% de las bancas; claro que esa revitalización ocurriría apenas en teoría, dado que se estima que en la mayoría de los casos habrá reelección de quiénes ya están. Además, deberán remozar la Cámara de Diputados, más las asambleas legislativas de los estados provinciales.
Un capítulo aparte es el electorado de las comunidades indígenas brasileñas. Sus candidatos representan apenas 0,3% del total.