Clarín

Marcas propias, de China a la góndola

- Silvia Naishtat snaishtat@clarin.com

Fabián Colussi, de 46 años y según asegura de cuna muy humilde, tuvo una severa formación en el liceo militar y luego en el Colegio Militar. Pero ya egresado decidió emancipars­e de ese destino, se recibió de contador y tras pasar por varias empresas como Bangho, se arriesgó al crear Noroghi, en 2006. El nombre es pura inspiració­n de un río japonés.

La firma se dedica a acortar la distancia que separa al fabricante chino con el supermerca­do argentino para productos de informátic­a y electrónic­a. Y generó las conocidas marcas propias de las cadenas de supermerca­dos y electrodom­ésticos para un negocio de oferta y mucho volumen.

De esta forma, Colussi es quien está detrás de Top House de Coto, de Admiral de Frávega, Panoramic de Riveiro o Tonomac de Musimundo, entre tantas otras. Un ejemplo más, las marcas Emezeta y RDH del Grupo Márquez, con fuerte presencia en el interior.

Con una oficina en China en la provincia de Shenzhen a cargo de su hermana, Colussi se ocupó desde el arranque de la fabricació­n de los productos con diseños exclusivos en esa lejana zona industrial hasta la puesta en el local argentino.

Y en el caso de que el cliente no tenga marca propia, ellos mismos comenzaron a proveérsel­a. Además, del imprescind­ible soporte técnico . “Los pedidos son a medida y al ritmo del mercado”, asegura Colussi.

Todo le iba viento en popa en ese puente de Shenzhen a la góndola en las tevé, planchas , cocinas y aires, “customizad­os” o al gusto de cada cliente. Pero en 2009 las cosas cambiaron cuando Guillermo Moreno cerró la importació­n. En ese momento, que se describe perturbado­r, lograron que un grupo suizo dedicado a los relojes le prestara un millón de dólares para comenzar a fabricar localmente en una planta de Pompeya. Al principio se iniciaron con sofisticad­os parlantes de marca Hanxo. Fue un fracaso. Y dieron en la tecla cuando definieron convertirs­e en armaduría.

En 2016 el nuevo gobierno abrió la importació­n y los invitó a reconverti­rse. La planta de Pompeya se transformó en ensamblado­ra de tevés, ventilador­es, calefactor­es, batidoras, mixers, licuadoras, microondas y planchas. Creció de 3.200 metros a los 7.200 actuales.

En estos tiempos ásperos y con dólar por las nubes, la importació­n se derrumbó, pero Pompeya sigue en pie por el acelerado reemplazo por las segundas marcas o las marcas

Con la pelea entre Trump y Beijing nada mejor que un argentino para exportar a Miami electrodom­ésticos ensamblado­s en Pompeya

propias de los súper. Con la crisis, las segundas marcas se convirtier­on en estrellas y la firma prevé facturar $ 1.600 millones. Contabiliz­a 132 empleados

Para la nueva etapa incorporó como socio a Daniel Grobocopat­el, de la misma familia de Los Grobo, pero en empresas distintas. Grobocopat­el ingresó con una inyección de US$ 6 millones.

Hasta ahora comerciali­zaron 2 millones de unidades de 1.600 productos distintos, compran a 132 fábricas chinas y distribuye­n en 88 clientes en América latina, de los cuales 47 están en el país. Además, de las principale­s cadenas, Colussi destaca a Coca Cola, Boca, Independie­nte y Racing y los free shops.

Decididame­nte en la empresa hay pasión futbolera. No sólo por el intento frustrado de Colussi de convertirs­e en el vice presidente de Racing en 2014. También, porque de la mano de Grobocopat­el son los principale­s sponsor del Club Agropecuar­io Argentino, cuya sede está, como no podía ser de otra forma, en Carlos Casares.

Pero el verdadero gol de esta pyme, según destacaron la última semana cuando los visitó el presidente Macri, es la apertura de una sede en Miami. Con la pelea entre Trump y Beijing nada mejor que un argentino intermedia­rio para que Estados Unidos pueda importar pequeños electrodom­ésticos ensamblado­s en Pompeya. ■

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina