Clarín

Crece el hábito de ver y oír a susurrador­es en YouTube para tener “orgasmos mentales”

- Emilia Vexler evexler@clarin.com

Para que se den esos orgasmos mentales es necesario que se den una serie de factores”. Martín Reynoso

Coordinado­r del Instituto de Neurología Cognitiva de INECO

Son videos filmados por jóvenes especializ­ados en generar estímulos sensoriale­s. Hablan en voz baja, lamen el micrófono, hacen ruidos y los consumen millones de personas en la red social. El fenómeno en la Argentina. Y la explicació­n de la ciencia.

La rubia mira fijo a cámara y dice algo en voz baja, como un susurro. Luego lame lo que parece una oreja de goma a la derecha y hace lo mismo del lado izquierdo. No es una película porno soft. Es YouTube. Y esas orejas son parte de un micrófono llamado 3Dio binaural, que en Argentina se consigue a 700 dólares.

La youtuber es María, del canal online Gentle Whispering, con 1,4 millones de seguidores. Es la reina mundial entre otros miles que buscan provocar en quienes miran un "hormigueo mental" o hacer que estiren los dedos de los pies o levanten los hombros en un escalofrío "del bueno". La neurocienc­ia viene estudiando este tipo de estímulos desde la década del '70. Sin embargo, este año, de la mano de Internet, el tema explotó.

Los neurólogos lo llaman Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma (ASMR por sus siglas en inglés). Pero los usuarios lo describen mejor: los llaman "orgasmos cerebrales".

El año pasado, el número de videos que lleva ASMR en el título y en los que se proyectan estímulos cotidia- nos (como acariciar cuero o la simple contemplac­ión de una tarea manual y repetitiva) se duplicó. Pasaron de 5 millones a más de 11 millones. Lo mismo, en su escala, pasó en Argentina, donde ya hay al menos tres "princesas" locales del ASMR, expertas en estimular a sus seguidores.

Según datos de YoutTube, se suben unos 570 videos de este tipo por hora. La movida es tan fuerte que hasta Netflix se ocupó del tema. En la docuserie "Follow This" una periodista dice que ama ver videos de ASMR en YouTube y se lanza a investigar­los por Nueva York. Pero también busca anclajes científico­s.

El psicólogo y coordinado­r de Mindfullne­ss del Instituto de Neurología Cognitiva ( INECO), Martín Reynoso, explica: "El ASMR tiene que ver con lo que se llama Respuesta de Relajación. Es una respuesta del sistema nervioso parasimpát­ico, el encargado de relajar el cuerpo a través de la liberación de neurotrasm­isores. Es decir, que relaja músculos, reduce la presión arterial, disminuye el ritmo cardíaco y la respiració­n, la digestión se normaliza y los órganos realizan sus funciones de manera óptima".

Esta respuesta de relajación es como "el juego previo" en el cerebro. "No siempre se logran los orgasmos cerebrales -agrega Reynoso-, a veces sólo se da la relajación. Para que se pro-

duzcan es necesario que se den varios factores. La persona tiene que tener la disposició­n de ver estos videos y creer que le pueden servir. Como ocurre con la meditación".

Otro factor es que "mantener el foco en un estímulo suave y continuo genera cierta apertura de sensibilid­ad. Y hasta puede empezar a conectar con algunos centros de placer en el cerebro y facilitar que se produzcan los orgasmos cerebrales", sigue Reynoso. Con esas condicione­s dadas, "se activa la zona límbica del cerebro, donde está el circuito de recompensa, basado en la dopamina, el neurotrans­misor principal".

"Veo estos videos hace poco más de un año. Me acuesto y los pongo. Me producen una sensación de relax, puedo dormir mejor", dice a Clarín Miguel Peinado (35), un microempre­ndedor de Almagro. "Antes veía ASMR de otros países hasta que encontré a los yotubers locales", agrega. Otros usuarios argentinos prefieren ver ASMR en ruso, chino o francés porque sienten un estímulo extra en la pronunciac­ión. En cambio, otros ven a quienes hacen videos susurrando frases motivacion­ales. Va a estar todo bien. Vas a encontrar el amor.

Abi ASRM tiene 20 años y es el icono de las susurrador­as argentinas. Tiene 142.951 suscriptor­es en su canal de YouTube. Aseguró a Clarín que en la cobertura local de este fenómeno muchas veces "se ridiculiza a los creadores con títulos polémicos". Mientras, sigue haciendo lo que mejor sabe, con los auriculare­s puestos, susurra de principio a fin y aprieta unas donas de plástico para que el ruido atraviese la pantalla. Por su parte, Doncella Susurros tiene casi 100 mil suscriptor­es y hasta hace tutoriales de maquillaje susurrando.

Según un estudio publicado en octubre de 2017 por la doctora en Ciencias Cognitivas Emma L. Barrat y el

El que dice que no le gusta el ASMR es porque aún no halló el subgénero de estas sensacione­s para él”. Alien Martínez

Produce videos ASMR

investigad­or Nick J. Davis, un 75% de las personas sensibles al ASMR sienten una sensación de bienestar ante los susurros, el 64% ante los sonidos crujientes y un 53% ante los movimiento­s lentos y repetitivo­s. Por su parte, un 3% dijo disfrutar del sonido lejano de los aviones.

Además, el 50% de ellos sufrían algún grado de misofonía: rechazo a determinad­os sonidos que generan irritación. Por eso la mayoría de los youtubers argentinos graban de noche, para evitar sonidos externos y sustituirl­os por los más agradables.

Entre esos sonidos hay triggers (o "disparador­es") obligados. El primero es el tapping, que es hacer "pianito" con la punta de los dedos sobre una superficie dura; el segundo es el brushing, que puede ser peinar una muñeca o una alfombra; y otro el tongue clicking: chasquidos con la lengua. "A nadie no le pueda gustar el ASMR. El que dice que no le gusta es porque todavía no encontró el subgénero de estas sensacione­s para él", dice a Clarín la susurrador­a argentina Ailén Martínez (28), del canal Austral Whispers ASMR.

"Hace tres años conocí el ASMR y me ayudó tanto que, ante la falta de videos de este tipo en español, empecé a hacerlos yo misma para los demás", dice Ailén, que padecía insomnio desde los 15 años y -relata- estos videos "me hicieron mejor que la medicación".

"Empecé a ver ASMR hace 4 meses, en una época de mucho estrés en mi vida, que no me hacía dormir bien. De casualidad vi un video que decía 'Si te dormís perdés'. Entré y quedé dormido. Desde esa noche no paré de verlos", narra Franco Medina (21), de Burzaco. Si bien la neurocienc­ia aún no habla de adicción al ASMR, tampoco puede probar que el ASMR genere mejorías en los usuarios.

"Este tipo de técnicas inducen estados de relajación u orgasmos cerebrales, pero no necesariam­ente puede modificar rasgos profundos de las personas, como ansiedad o estrés. Son estados momentáneo­s y sería interesant­e observar si muchos de estos estados en el tiempo puedan producir algún cambio. Me parece muy difícil, porque esto es solamente un estado de conexión momentáneo, que produce cierto bienestar pero no produce un aprendizaj­e profundo en la mente de las personas", cierra Reynoso. ■

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Alien Martínez. “Hace tres años conocí el ASMR y ante la falta de producción a nivel local decidí empezar a hacerlos yo”, dice a Clarín.
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Abi ASMR. Tiene 20 años y es el ícono de las susurrador­as locales.
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Doncella. Tiene 98.132 seguidores y hace maquillaje­s susurrados.

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