El contacto fugaz, síntoma del cambio cultural
El lector nos transmite su romanticismo con los valores que hoy van perdiendo peso de la mano de la tecnología. Y es para ocuparse, y preocurse. Sucede que las sociedades van mutando y emergen cambios culturales, históricos y revolucionarios, como los que atravesamos actualmente. Son síntomas de una renovación, marcan tendencia, y lo frívolo y virtual toman distancia del lazo familiar. Un claro ejemplo son los chicos; tampoco se salvan adolescentes y al- gunos adultos, sumergidos en ese “autismo personal que la tecnológica introdujo volviendo zombies a los humanos”, dice en voz alta Juan José. Esa escena es el padecimiento de muchos que sufren la escasez de afectos y abrazos, ... esa caricia esquiva. Es la consecuencia del “síndrome de la cabeza gacha”, retrucan los expertos. Y hace un reclamo, un llamado de atención a los que perdieron identidad y las tradiciones hogareñas inculcadas por los abuelos inmigrantes. El desa- fío estriba en fortalecer los pilares del legado que se transmite de generación en generación. Y el respeto forma parte de esa herencia. Ir en tándem, encontrar un balance y buscar la reconciliación puede ser el puntapié inicial para lidiar con el universo imaginario de las personas con adicción a la tecnología. Pero como padecen un feroz apego al contacto fugaz con el prójimo, alcanzar esa empatía que se descuidó, parece esfumarse entre las teclas de cualquier celular.
En la Web de Clarín, en la sección Cartas al País y Lectores, el lector nos cuenta más sobre su historia con la tecnología, que parece arrasar con las costumbres de antaño.