“Nos separamos en muy malos términos”
Cuenta los entretelones de una relación muy conflictiva. Hoy toca con su banda Peter Hook & The Light.
Corría septiembre de 2011 y un emblema mundial del synth pop rearmaba sus filas, pero sin uno de sus miembros históricos. Bernard Sumner (voz y guitarra) y Stephen Morris (batería) reclutarían otra vez a la tecladista Gillian Gilbert, retornarían junto al violero Phil Cunningham y... convocaban al ignoto Tom Chapman, el bajista que debía calzarse el pesado traje de Peter Hook, uno de los miembros fundadores.
De esta forma se desataría un ven- daval judicial (por el uso del nombre del grupo, entre otros menesteres) que ensució el seno de New Order, y que llegó a su fin luego de un millonario arreglo económico.
Pero Hook no se quedó de brazos cruzados. Desde comienzos de 2010, el bajista, cantante y dj nacido en Broughton en 1956, craneó The Light, un tándem dedicado a tributar tanto la obra de New Order como la de Joy Division, grupo que formó en 1976 junto a su por entonces amigo Bernard Sumner.
Hoy, Peter vuelve al país para celebrar Technique (1989) y su sucesor Republic (1993) y, además, abrir con un miniset apertura de J.D. -¿Que significan para vos esos dos discos? -Musicalmente son diferentes, Technique es muy feliz mientras que Republic, lamentablemente, no (risas). Tocar este último para mí fue un gran ejercicio. Musicalmente lo estoy disfrutando. -¿Qué motivó escribir tu segundo libro “Substance: Inside New Order”? -Cuando decidieron reformar el grupo, en la forma desagradable que lo hicieron, o sea, sin mí, sentí la necesidad de contar mi verdad, ya que es una historia muy interesante.
Recalculando. Sumner tampoco se quedó de brazos cruzados y puso blanco sobre negro en Chapter and Verse: Joy Division, New Order y Yo, del cual Hook realizó una dura crítica en Billboard y aquí replica. “Es obvio que tenemos grandes diferencias en nuestros puntos de vista. Pero creo que él perdió la gran oportunidad de contar todo sobre New Order, ya que en su libro casi no habla del grupo”. -Hace siete años viste a Sumner por última vez, ¿qué sentiste?
-Se sintió como la cosa más triste. Después de tanto tiempo juntos ver que esa relación estaba terminada.
Peter compara aquel fin como el de un divorcio. “Lo que ocurrió es que cuando tu ambición, el amor por lo que hacés y tus ganas de seguir haciéndolo cambian, algunas personas van a estar de acuerdo. Y otras no”. -¿Qué precipitó el fin del grupo? -Cuando le dije a Bernard que “ya no estaba de acuerdo en seguir en una zona confortable para la banda”. Eso me fue alejando de él hasta que nos empezamos a cansar de estar en New Order. Nos separamos en muy malos términos. Como sabés, cinco años después volvieron sin siquiera avisarme, ignorando la contribución que hice en 31 años de carrera, ubicándome en un modo comercial, sólo como parte del negocio. Otro quiebre en la entrevista se da cuando se repite otra situación. New Order se presentará en Argentina sólo un mes y medio después que él (Peter, hoy en el Teatro Vorterix y New Order, el 23/11 en Obras). En 2016 fue al revés, N.O. tocó en Obras un 29/11 y Hook llegó a Niceto Club el 9/12. -¿Qué pensás al respecto de esto? -Le preguntaría a Bernard: “¿Por qué me perseguís todo el tiempo (risas)?”. Es un comportamiento muy extraño: nosotros cerramos una fecha e, inmediatamente, ellos lo hacen después con poco tiempo de diferencia. -Es como si fuese un juego de sombras... (NdR: en relación al término “shadowplay”, tema de Joy Division) -Tal vez Bernard lo hace porque quiere que vuelva a la banda (carcajadas). -¿No te avergüenza que parte del legado de Joy Division se haya decidido en una corte de justicia?
-Si, definitivamente, aunque el juicio terminó... por el momento (risas). Pero las batallas continúan.
-Si pudieses volver el tiempo atrás, ¿qué cambiarías del momento de la separación del grupo? -Retrocedería pensando que los líos de la banda los iba a resolver el manager, que estaría capacitado para manejar una interna del grupo y que no iba a llevar tan lejos. Lo lamento. ■