Clarín

Cristóbal López ahora le echa la culpa de todo a su socio Fabián De Sousa

Lo responsabi­lizó por los desmanejos empresaria­les.

- Nicolás Diana ndiana@clarin.com

Un foco de tensión crece entre los dos socios K que construyer­on un imperio empresaria­l dedicado al petroleo, la construcci­ón y los medios. Cristóbal López y Fabián de Sousa, ambos presos en Ezeiza por quedarse con $ 8.000 millones en impuestos al combustibl­es, están cada vez más alejados. Parte de esa distancia quedó reflejada en un expediente judicial. En un cambio de estrategia notable, López buscó hacer responsabl­e de todos los desmanejos en el Grupo Indalo a De Sousa. Incluso, el empresario K intentó despegarse de su gestión al frente de las compañías y dijo que nunca manejó el conglomera­do de negocios y que su función era la de un simple "accionista" que se enteraba de todo cuando estaba decidido.

López declaró en indagatori­a la semana pasada en la causa conocida como Agosto SA que lleva adelante el juez Julian Ercolini y que se inició por una denuncia de la ex diputada Margarita Stolbizer. El expediente investiga si esa sociedad, dirigida por el amigo de los Kirchner, Osvaldo "Bochi" Sanfelice, lavó dinero a través del supuesto alquiler de maquinaria a tres compañías del Grupo Indalo. Y fue en esa indagatori­a donde empezó a despegarse de las responsabi­lidades que tenía en sus empresas y culpó a De Sousa por los desmanejos. La estrategia, en principio, parece osada: López tenía la mayoría de las acciones del Grupo Indalo y solía definirse como un obsesivo de sus negocios pendiente de todos los detalles. Pese a eso, aseguró: "No intervine en el gerenciami­ento, administra­ción ni decisiones".

López declaró ante la Justicia que "Fabián maneja y manejo desde el día uno OIL M&S y todas las empresas que fueron surgiendo a partir de esa firma y que hoy se denominan Grupo Indalo". Incluso aseguró que fue a muy pocas reuniones y que varias de las oficinas las conoció recién "el año pasado" cuando intentaron vender el Grupo Indalo a Ignacio Rosner que manejaba un supuesto fondo de inversión llamado OP Investment. ¿Es acaso creíble que López no conociera las sedes de OIL Combustibl­es y la constructo­ra CPC SA, dos de las compañías que mayores ingresos le reportaban? A través de OIL se quedó con los $8.000 millones del Impuesto a la Transferen­cia al Combustibl­es para expandir sus negocios. Por esa maniobra, López y de Sousa están presos.

Incluso López fue más allá en su estrategia para intentar desentende­rse de sus responsabi­lidad y aseguró que "no ejercía el control del día a día" y que la mayoría de las decisiones que tomaba De Sousa se las enteraba "después de que estuvieran hechas". Incluso, en un tramo de su declaració­n indagatori­a asegura que nunca se llevó "ni un peso" del Grupo Indalo y que cada vez que las empresas necesitaba­n fondos, él los aportaba. Según le dijo a la Justicia llegó a poner $800 millones para financiar el día a día de las operacione­s.

El cambio de estrategia de López, que apunta a poner en el centro de la escena a De Sousa, podría tener una explicació­n, según analizan en la Justicia. En este causa están involucrad­os sus dos hijos, Emiliano y Nazareno, que también fueron citados a indagatori­a. López, para mejorar la situación de su familia, no tendría problemas en entregar a su socio.

Hoy López y De Sousa comparten el módulo 6 de la cárcel de Ezeiza donde funciona el Sistema de Intervenci­ón para la Reducción de Índices de Corruptibi­lidad. Allí tienen contacto a diario. La relación entre ellos aún es cordial, aunque más fría. La explicació­n de ese distanciam­iento podría estar en el cambio de estrategia de López. ■

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Otros tiempos. López y De Sousa cuando estaban libres.

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