Los relojes de la Justicia
No es verdad que el Poder Judicial sea lento en la Argentina. Tiene sus tiempos, que no es lo mismo. Que esos tiempos no coincidan con la lógica, lo racional y lo sensato tampoco es verdad: los tiempos del Poder Judicial obedecen sólo a las expectativas del Poder Judicial. El interés ciudadano por entender esos relojes es vano. De ahí que sea comprensible que la Cámara de Casación haya puesto fin a una causa que duró 23 años, la del contrabando de armas a Croacia, que mantuvo casi en vilo y atrincherado en sus fueros de senador al principal condenado, el ex presidente Carlos Menem. Por alguna razón ignorada, en dos décadas no fue necesario cerrar esa causa por prescripción. Y por otra razón ignorada, hoy sí lo fue. Que el mensaje que trasunta el fallo coincida con la puntillosa investigación que la Justicia Federal lleva adelante sobre cuadernos y coimas, tal vez sea eso, coincidencia. Pero tiende también a reafirmar el viejo precepto argentino que afirma que cuando un delito roza el poder, queda impune. Todo evoca el fallo del tribunal oral que en 2013 y después de diez años, absolvió a todos los acusados por el escándalo de la Banelco y las coimas en el Senado, entre ellos al ex presidente Fernando de la Rúa, y ordenó investigar al denunciante. El fallo fue confirmado también por la Cámara de Casación.