Díaz Acosta: “Estoy muy feliz de haberle ganado al 1 del mundo”
El estadio Guillermo Vilas, court central del Buenos Aires Lawn Tennis Club, revienta en un grito ensordecedor. Y no es para menos. Facundo Díaz Acosta le acababa de ganar por 6-2 y 6-4 al oriundo de Taipei ChugHsin Tseng, número 1 del mundo. Es su momento y lo vive como un rockstar. Y así sale del estadio, con una sonrisa que parece salirse de su rostro, al encuentro de un emocionante abrazo con sus familiares y amigos, esos que coparon todas las canchas en las que jugó hasta ahora.
Sin que le prestara atención a las tribunas, Díaz Acosta jugó bajo la mirada de algunos notables de su deporte. Estuvo Agustín Calleri, presi- dente de la Asociación Argentina de Tenis. También Marcelo Negro Gómez, el formador Juan Martín del Potro, y el ex capitán del equipo de Copa Davis, Modesto Tito Vázquez. Por la alta concentración que puso en el partido, sin embargo, Facundo ni siquiera advirtió la presencia del cordobés entre los presentes: “Que haya estado Calleri durante el partido fue muy bueno. Si bien no lo vi porque no quería perder la concentración durante el partido, estoy muy contento”.
“Tseng es uno de los mejores de la categoría, pero se le puede ganar”, había dicho Díaz Acosta en una entrevista este joven este año el jugador nacido el 15 de diciembre del 2000.
Bien sabía Díaz Acosta que no sería fácil vencer al asiático, campeón esta temporada de Roland Garros (le ganó a Sebastián Báez, quien hoy perdió por doble 6-4 ante el brasileño Gilbert Soares Klier Junior) y Wimbledon. “Todo lo que planeé salió a la perfección. Tenía que jugar un partido excelente y por suerte así fue. Estoy muy feliz de haber podido ganarle al 1 del mundo”, dijo el chico.
Desde que es un niño juega al tenis, de la misma forma que lo hacían sus padres. A los trece años dejó el Club Comercio de Núñez y se acercó a la Academia Hood & Monachesi, donde hasta el día de hoy entrena. Con ellos, Díaz Acosta ha dado el salto de calidad para posicionarse como una promesa del tenis argentino.
Prueba cabal de sus diecisiete años es la timidez con la que se enfrenta a quienes buscan su testimonio. Sin embargo, dentro de la cancha, Facu toma una actitud totalmente diferente para poder soltar su tenis volátil.
Su mejor golpe es el drive, con el cual intenta dominar a sus rivales. Es zurdo, lo que siempre complica al rival en el intercambio desde el fondo de la cancha. Su revés a dos manos es sumamente firme, aunque pierde un poco de poder de fuego. Y sube constantemente a la red, buscando que su drive profundo le entregue la posibilidad de definir los puntos de volea tras una defectuosa devolución del rival. Utiliza el slice seguido, pero es su punto más errático y volátil.
La experiencia olímpica es algo totalmente nuevo para él. “Es algo increíble y que voy a intentar disfrutarlo al máximo”, relata el tenista. Más allá de esto, no corre el eje del torneo, aclarando que irá a ver otros deportes y se relajará “cuando termine mi semana de competencia, ahora estoy muy metido en los Juegos”, afirmó. Tiene razón en su pensamiento: por ahora Facundo Díaz Acosta solo piensa en darle una medalla a la Argentina. Y está cerca de lograr su objetivo. ■