Clarín

Sorpresiva derrota de Harimoto, el niño prodigio del tenis de mesa

Es japonés e hijo de padres chinos. Con 15 años ya juega con profesiona­les y apunta a Tokio 2020.

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Llegar como máximo candidato a un torneo no es una carga simple de llevar. Esto se multiplica cuando se trata de atletas de menores de 18 años. Tomokazu Harimoto tal vez sufrió eso en la final, donde se quedó con la medalla de plata. Perdió por 4-1 con el chino Wang Chuquing, lo cual no deja de ser una ironía para la historia personal del japonés de 15 años.

Tomokazu nació en Sendai el 27 de junio de 2003, es hijo de Yu y Ling Zhang, ambos chinos. Su madre llegó a integrar selecciona­dos de tenis de mesa para la República Popular de China.

Harimoto es un apellido que surge de traducir al japonés el símbolo chino que representa la palabra Zhang, el apellido paterno. La historia cuenta que Yu dejó China en 1998 y se radicó en Japón. Cuando Harimoto decidió dedicarse al deporte, para ingresar a la Academia de Elite de Tokio, Yu debió nacionaliz­arse y cambiar el apellido original. Su hijo, además, debió compromete­rse a representa­r a Japón. Así, a los 12 años, dejó la casa familiar para vivir en la Avademia y dedicarse a tiempo completo al tenis de mesa. Favorito y japonés de origen chino, no deja de ser una ironía haber perdido el oro con un adversario chino.

Luego de cansarse de ganar torneos nacionales juveniles dio el salto a la competenci­a de mayores, trans- formándose en una máquina de romper récords. En octubre de 2015, con 13 años recién cumplidos, se transformó en el jugador más joven de la historia en ganar un partido en un torneo profesiona­l de la Federación Internacio­nal de Tenis de Mesa (ITTF). A los 14 ganó el Abierto de República Checa, siendo también pionero. Y en septiembre conquistó el Abierto de Japón, eliminando al vigente campeón olímpico, Ma Long.

“Es un sueño hecho realidad. Ma Long es mi ídolo”, contó Hiramoto tras el logro, que agregó, sin pudor alguno: “Mi objetivo es ganar la medalla de oro en Tokio 2020”. Casi nada

Así llegó a Buenos Aires el niño prodigio. En Tecnópolis sus celebracio­nes a puro grito guerrero -al estilo de los primeros años de Rafael Nadal - se convirtier­on en la gran atracción de un público compuesto en partes iguales por argentinos curiosos, asiáticos y enormes delegacion­es de diplomátic­os y empresario­s que vislumbran la proyección prodfesion­al de este prodigio adolescent­e del tenis de mesa.

“Tengo un buen ranking en mayores, pero de todas formas acá hay jugadores de gran nivel y es un desafío. Vine a ganar”, le dijo el crack a Clarín, que poco antes de la final con Wang. Tiene bien aprendida la lección y se ataja enseguida si le desvían la conversaci­ón fuera del ámbito de Buenos Aires 2018: “Enfrentar jugadores más grandes es impresiona­nte, pero ahora mismo solo pienso en este torneo”. Debió conformars­e con la medalla de plata,

El juego agresivo y preciso de Harimoto es un espectácul­o. Su drive es asesino. “Debo mejorar la derecha y lo mental”, dice y confirma, un altísimo nivel de exigencia. Perdió la final pero será uno de los mejores jugadores del futuro cercano. ■

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AP Medalla de plata. Saque de Harimoto en el partido decisivo. El japonés es una de las mayores promesas.

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