Trump y Erdogan presionan a Ryad por el periodista saudita desaparecido
Es porque se ignora el paradero de Jamal Khashoggi. Se habla de un asesinato en el consulado de Estambul.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, redobló la presión ayer sobre el reino saudita al afirmar que su país no se quedaría callado en el caso de Jamal Khashoggi, el periodista de Ryad desaparecido misteriosamente en Estambul el 2 de octubre pasado. Desde el otro lado del Atlántico, su homólogo estadounidense, Donald Trump, reclamó a la monarquía “transparencia” en la investigación del hecho.
Ambos reclamos están de alguna manera condicionados por el grado de cercanía y los intereses comerciales y geopolíticos que une a las tres capitales. Pero lo cierto es que el caso está creciendo y colocando en un serio aprieto a los líderes involucrados. El reportero crítico con el poder en Ryad y colaborador del diario The Washington Post no ha dado señales de vida desde que el 2 de octubre ingresó al consulado de su país en Estambul, adonde se presentó para obtener un documento relacionado con su próximo matrimonio con una mujer turca. Turquía sospecha -sin dar pruebas del caso- que el periodista fue asesinado en esa legación diplomática, algo que el reino saudita niega categóricamente.
“Es una situación muy triste, muy terrible”, dijo Trump, al revelar haber hablado por teléfono con un alto funcionario saudita al que no identificó. “No podemos dejar que esto le pase a periodistas ni a nadie”, añadió.
Trump señaló ayer que investigadores estadounidenses trabajaban junto a Turquía y Arabia Saudita en el caso, pero fuentes diplomáticas turcas desmintieron poco después cualquier participación de Washington en las investigaciones.
Según The Washington Post, los servicios de inteligencia estadounidenses tenían información de un plan saudita, que implicaba al príncipe heredero Mohamed Bin Salmán y que consistía en tenderle una trampa al periodista para detenerlo.
Khashoggi se exilió en 2017 a Esta- dos Unidos después de haber caído en desgracia en el entorno del príncipe saudita, Su prometida, la turca Hatice Cengiz, pidió ayuda al Trump y fue de las primeras en sostener la tesis del asesinato.
Por el lado turco, varios medios difundieron imágenes de las cámaras de seguridad ubicadas fuera del consulado, que muestran al periodista entrar y luego varios vehículos que entran y salen, pero los sauditas sostienen que esos aparatos no estaban funcionando ese día. El presidente Erdogan se mostró escéptico al afirmar que Arabia Saudita tiene los sis- temas de videovigilancia “más avanzados”. “Si sale un mosquito (del consulado), sus sistemas de cámaras lo van a interceptar”, dijo a periodistas a bordo del avión que lo regresaban de Budapest. “Este incidente se desarrolló en nuestro país. No podemos quedarnos callados”, agregó.
Erdogan prefirió la prudencia cuando fue consultado sobre las afirmaciones de responsables turcos que dijeron que Khashoggi fue asesinado en el consulado por agentes sauditas. “No es justo que yo comente suposiciones, pero tenemos nuestras preocupaciones”, precisó. ■