LAS CINCO CLAVES DEL SISTEMA
1. Las empresas donan. La ley está dirigida a las grandes empresas, pymes, pequeños productores y mercados de venta de frutas y verduras, que son quienes donan en grandes volúmenes a los bancos de alimentos. No está destinada a los particulares. Si una persona quiere donar productos, le conviene llevarlos a una organización más directa, que esté cerca de su hogar.
2. El producto donado no puede estar vencido. Los productos a donar tienen que estar aptos para el consumo. Eso ya era parte de la ley 25.989. Los productos tienen que estar bajo las exigencias del Código Alimentario, por lo cual, no puede tratarse de productos vencidos. 3. Lo que habitualmente se dona. “Hay una serie de condiciones que hacen que un producto no tenga valor comercial, pero que todavía tenga valor nutricional”, dice Natascha Hinsch, directora de la Red banco de Alimentos. Y menciona ejemplos: “Que el producto tenga una fecha próxima a su vencimiento y que, por eso, no llegue a completarse el canal de distribución; que la caja esté rota, pero el paquete primario esté bien sellado; que tenga algún error en el etiquetado, por ejemplo que diga peso 200 gra- mos pero en realidad se empaquetaron 180 gramos; o que no hayan tenido el éxito comercial que se esperaba”. 4. Responsabilidad. “La responsabilidad de la empresa es hasta el momento en que dona el producto. Ahí, la responsabilidad pasa a quien lo recibe, como el Banco de Alimentos u otra organización”, sostiene Hinsch. 5. Los reciben y distribuyen. No hay novedades en cuanto a la logística. “Es el trabajo que ya venimos haciendo nosotros y otras organizaciones”, dice Hinsch. “No es difícil distribuir comida”, asegura Juan Carr, y menciona a los organismos que habitualmente se encargan, como el Banco de Alimentos, Caritas Argentina, la Fundación Tzedaká, las iglesias evangelistas y Desarrollo Social.