Peregrinación a Luján, mucho más que devoción y fe
Más de 2 millones de personas -todo un récord- participaron de la reciente 44ª Peregrinación Juvenil al Santuario de la Virgen de Luján. El lema fue “Madre, danos fuerza para unirnos como hermanos”. Hubo gente de todas las edades y condiciones físicas, pero con el mismo objetivo de llegar a la Basílica y honrar a Nuestra Madre. En el recorrido se observan la faz comercial -como los remiseros que, en el último tramo, tientan a la gente para que abandone su peregrinaje- y la faz política y/o sindicalista - fuera de juego en esta masiva manifestación de fe-. Pero lo más rescatable es la solidaridad de la gente. Primero, la gran cantidad de voluntarios que atienden a los peregrinos, la ayuda espiritual de parroquias y sacerdotes, los puestos médicos, sanitarios y seguridad. En segundo lugar, la espontánea actitud latente de ayuda al prójimo, tanto en el trayecto como en las interminables filas para el transporte de vuelta, ante el cansancio, dolores, bajas de presión, desmayos. También quisiera resaltar la gran organización, atención espiritual y material en la infaltable Carpa de María. A pesar de crisis, hambre, pobreza, enfermedades... la gente no pierde la fe ni la esperanza en Dios y la Virgen. Por lo tanto, dejando de lado todo tipo de intrusiones, siempre triunfan la devoción y la solidaridad del pueblo argentino: “Unidos como hermanos”.