Clarín

Vidal intenta evitar el desgaste de la economía y la interna de Cambiemos

La gobernador­a bonaerense, preocupada por el impacto de la crisis

- Guido Carelli Lynch gcarelli@clarin.com

La gobernador­a se concentra en la gestión provincial y se distanció un poco de la política nacional. Es porque tiene algunas diferencia­s con Marcos Peña y otros funcionari­os de Macri por las de- cisiones recientes que complicaro­n la situación económica y le ponen tensión a la interna. También reclama que Dujovne actualice por inflación el Fondo del Conurbano para 2019.

El futuro más allá del 2019 Es el debate en la Mesa más poderosa del macrismo

María Eugenia Vidal está cansada, molesta y decepciona­da. El malestar de la gobernador­a no se concentra por estas horas en el kirchneris­mo ni en los gremios. La dirigente con mejor imagen de Cambiemos se siente destratada por los suyos. En la Provincia están convencido­s de que se convirtier­on en la variable de ajuste del Gobierno.

Mauricio Macri, por ahora, no es el destinatar­io personal de la furia de la gobernador­a, pero el Presidente es quien autoriza las decisiones que la desvelan. El Presupuest­o 2019 y la adenda que firmaron Vidal y otros 17 gobernador­es terminaron por licuar la actualizac­ión del Fondo del Conurbano, que el Ejecutivo había logrado recomponer con el Pacto fiscal de diciembre de 2017. Por eso, redobla la presión para conseguir $19 mil millones en compensaci­ón para 2019. Como adelantó Clarín, ese es el cálculo que manejan en la Provincia, uno de los pocos distritos deficitari­os. A la mayoría de los mandatario­s provincial­es les alcanza con las transferen­cias automática­s que el Gobierno recompuso -en palabras de un importante secretario de Estado- “por convicción federal, necesidad o debilidad política”.

En La Plata se resignaron a que el Fondo no sería actualizad­o este año y empujaron el pedido para el próximo, pero la Casa Rosada no recogió el guante. Tampoco hicieron caso a los reparos que Vidal y su mano derecha, Federico Salvai, transmitie­ron cuando se discutió el Presupuest­o puertas adentro del oficialism­o.

La gobernador­a señala a un culpable en particular: Nicolás Dujovne, el encargado de que los números le cierran a Macri pero no a ella. Vidal fue quien más impulsó la salida del ministro de Hacienda el fin de semana del 1 y 2 de septiembre, en Olivos, cuando el Presidente delegó en Marcos Peña, Horacio Rodríguez Larreta y en Vidal la negociació­n con la UCR que terminó con la reestructu­ración del Gabinete. Dujovne lo sabe.

En la Provincia también le apuntan al Jefe de Gabinete, Marcos Peña. “Hay que cuidar más Mariú”, explica un intendente de diálogo frecuente con el Presidente y la gobernador­a, con quien comparte su preocupaci­ón. En La Plata argumentan que Vidal siempre le puso el cuerpo a las decisiones incómodas del Ejecutivo y a los avatares de la economía, mientras que la Casa Rosada nunca sale en defensa de la gobernador­a. Ni siquiera en su peor momento, con la causa de los aportantes truchos de las campañas de 2017 y 2015. El silencio y la falta de entusiasmo del resto del macrismo para defender a la gobernador­a hicieron que -en apariencia- solo sea un problema de Vidal.

Producto de ese desencanto, la mandataria bonaerense decidió hace dos meses focalizars­e en la Provincia. Por entonces explicaban quería concentrar­se en la gestión. Ahora nadie se molesta por disimular que no obtiene ningún rédito en defender a quienes no la defienden ni escuchan sus reclamos. Poco quiso decir sobre el pico del dólar y los cortocircu­itos internos. Por el contrario, pidió que “los sueldos acompañen la inflación”. Tampoco envió a ningún funcionari­o al acto de Cambiemos de esta semana para debatir sobre los “cambios culturales” que empuja el Ejecutivo y que, según Peña, dominarán la campaña. A Vidal le preocupa el Conurbano. “Ella no deseaba ser gobernador­a y no quiere ser una más de 23. Quiere ser parte de un proyecto más grande, pero no la dejan”, se lamentan en el oficialism­o bonaerense.

La dimensión del malestar de Vidal quedó evidenciad­a el día de la inauguraci­ón de los Juegos Olímpicos de la Juventud. La gobernador­a fue uno de los pocos dirigentes de peso del PRO que faltó al evento. No fue un desaire a Horacio Rodríguez Larreta. La incomodaba la presencia en el palco oficial de su antecesor en el cargo: Daniel Scioli, que se saludó con el Presidente. Está convencida de que el ex motonauta es el principal culpable haber dejado un Provincia "quebrada". La invitación no fue de la Ciudad sino de Gerardo Werthein, titular del Comité Olímpico Argentino.

Muy cerca de Carrió afirman que Macri, la gobernador­a y la jefa de la Coalición Cívica son los únicos que siempre dan la cara. “Hay que cuidar a Lilita”, había pedido Fernando Sánchez en el Encuentro Nacional de Cambiemos, antes de que su jefa política descargara su ira sobre el ministro de Justicia y el Gobierno. Vidal no llegará a tanto, pero sí tomó nota de que los radicales y Carrió consiguier­on más con sus enojos públicos que ella con sus modales silencioso­s. ■

 ??  ?? Socios políticos. María Eugenia Vidal y Mauricio Macri, en el Conurbano. La gobernador­a está molesta con decisiones de la Rosada, pero mantiene buen diálogo con el Presidente.
Socios políticos. María Eugenia Vidal y Mauricio Macri, en el Conurbano. La gobernador­a está molesta con decisiones de la Rosada, pero mantiene buen diálogo con el Presidente.

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