Clarín

“Los diarios deben construir relaciones de deseo con el público y con sus lectores ”

Steve Coll. Decano de la Escuela de Periodismo, Universida­d de Columbia.

- Miguel Wiñazki mwinazki@clarin.com

¿Cómo evalúa el impacto de los nuevos medios y de las redes sociales sobre el periodismo tradiciona­l? Hay un duopolio conformado por Google y Facebook. Google tiene a YouTube, y Facebook a Instagram. Esto determinó una disrupción enorme. Cambió el modelo de negocios para todos, y las compañías de medios tradiciona­les perdieron el control de sus propios canales de distribuci­ón de noticias. Por ejemplo, una nota seria y creíble de Clarín, aparece en la web junto a un artículo realizado, no sé... en Macedonia, que no tiene el mismo rigor ni calidad. Las compañías tradiciona­les han perdido el control del entorno periodísti­co y esto contribuye a la desinforma­ción y a la confusión de los consumidor­es cuan- do tratan de evaluar al periodismo. Antes, los diarios controlaba­n la llegada de sus productos a cada casa. Ahora, este nuevo fenómeno, ha exacerbado la polarizaci­ón ideológica y política. Lo estamos viviendo en Estados Unidos. Ustedes conocen muy bien este fenómeno. Las redes contribuye­n al avance del populismo, amplifican la polarizaci­ón.

-¿De qué modo la amplifican?

- Antes había que invertir para crear un medio. Ahora cualquiera puede crear una publicació­n digital y eso está bien. Tiene un efecto democratiz­ador. Pero esto mismo ha hecho pedazos el modelo de negocios del periodismo tradiciona­l. Se produjo una fragmentac­ión del paisaje de los medios en EE.UU. La estrategia del Washington Post era la de ser importante en todas las mesas de desayuno de la ciudad en las que pudiera estar. Hoy eso no basta. Para conservar la influencia y para ganar dinero, las empresas tradiciona­les de medios tienen que crear una relación intensa con los clientes propios. Hay que tener casi una relación emocional, generar una comunidad. Se ve de manera más obvia en el c able, donde los canales se han convertido en pequeñas tribus. Está Fox a la derecha, MSNBC a la izquierda y CNN moviéndose de aquí para allá. Pero ya se empieza a percibir este vínculo emocional en los medios tradiciona­les, como The New York Times, que han tenido que mover el negocio de la publicidad a la suscripció­n. Yo estoy suscripto al New York Times. Pago 60 dólares por mes para tener acceso ilimitado a sus artículos. Tengo que tener una identifica­ción profunda para pagar por consumir noticias.

-¿Cómo pueden construir los medios esa identifica­ción profunda, ese vínculo emocional?

-Tomando partido. Asumiendo posiciones definidas. Tienen que ofre- cer contenidos que le importen mucho al lector. Los lectores quieren que los diarios reflejen las creencias que ellos ya tienen. Los diarios deben construir relaciones de deseo con el público. En Europa siempre ha habido diarios asociados con los partidos locales o, al menos, los movimiento­s locales. En Estados Unidos recién ahora está empezando a ser así. Es una vuelta al siglo XIX para EE.UU.

- ¿Está diciendo que si usted toma partido, eso tiene efectos económicos positivos para los medios?

-Sí. Google y Facebook han destruido la base publicitar­ia de los periódicos e incluso de algunos espacios televisivo­s. En Estados Unidos estamos pasando del negocio de la publicidad al de la suscripció­n. Antes un diario como The Washington Post tenía un 10% de sus ganancias desde las suscripcio­nes. El diario era casi regalado. El 90 % de los ingresos llegaba por la publicidad. El diario casi gratuito, costaba 45 centavos de dólar. Lo importante era que tuvieras el diario en tu casa. Ahora, en The New York Times, el 60% de los ingresos proviene de las suscripcio­nes, y sólo el 40% viene por publicidad. Y las suscripcio­nes van subiendo y los ingresos por publicidad van bajando. De modo que ahora se le pide a la gente que pague por algo que no pueden ser solo los titulares. Eso se consigue gratis en cualquier parte. Entonces, una de las estrategia­s que ha usado la gente es asociarse con personas apasionada­s por las conviccion­es populistas… -¿Como hay que enseñar periodismo hoy, frente a todos éstos cambios?

-Para practicar el periodismo en los próximos 20 ó 30 años, vamos a necesitar más matemática que la que necesitába­mos cuando empezamos nosotros en esta actividad. Porque, para informar acerca del poder de Facebook o Google, puede ser necesario lidiar con algoritmos, plantear preguntas complicada­s sobre lo que está pasando en sus plataforma­s. Incluso ya es necesario hoy para hacer periodismo de investigac­ión sobre el gobierno; trabajar con datos, desarrolla­r grandes estadístic­as de datos, saber verificar y comprender esos datos.

-¿El periodismo tal como lo conocimos se termina entonces?

- Muchísimos alumnos de la escuela de periodismo de la Universida­d de Columbia tienen el sueño de escribir en la Revista The New Yorker. Son notas muy bien desarrolla­das, de no ficción y ambiciosas literariam­ente. Sigue surgiendo una generación de escritores de No Ficción. Pero las posibilida­des se amplían. Por ejemplo, hay una resurrecci­ón del film documental donde los productore­s buscan a buenos periodista­s que investigue­n y que redacten los guiones. Y existe el periodismo de audio que requiere de una especializ­ación específica. Tenemos que enseñar en las escuelas los principios básicos del periodismo tradiciona­l y estar muy atentos a los nuevos soportes que requieren de habilidade­s diversas. Y apoyar a todos los innovadore­s serios. ■

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Premio Pulitzer. Steve Coll recibió a Clarín en su austero despacho del séptimo piso de la Universida­d de Columbia, en Nueva York.

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