Clarín

Cittadini y Romairone son de oro y la vela aportó la medalla de siempre

El sanpedrino y la porteña fueron sextos en la regata final y festejaron a lo grande en la clase Nacra 15.

- Luciana Aranguiz laranguiz@clarin.com

Para Dante Cittadini y Teresa Romairone, el agua es como un segundo hogar. Cuando eran chiquitos, en momentos y situacione­s distintas, descubrier­on su amor por la navegación y arrancaron sus caminos cada uno por su lado. Hasta que un sueño olímpico los unió. A principios de año comenzaron a navegar juntos full time el barco de Nacra 15. Combinaron talento, esfuerzo y ganas, con Buenos Aires 2018 como objetivo. Y ayer, tanto trabajo tuvo su premio. Porque el sanpedrino y la porteña se subieron a lo más alto del podio de esa clase del yachting en los Juegos Olímpicos de la Juventud y sumaron la tercera medalla de oro para la misión nacional.

La dupla argentina -para muchos, la gran favorita tras ganar en julio el Mundial juvenil de Corpus Christi y en agosto, el Campeonato Europeo en el lago di Como- terminó sexta en la regata final. Pero gracias a las gran- des actuacione­s de las pruebas anteriores -había ganado tres y terminado segunda en otras tantas-, esa posición le alcanzó para asegurarse el primer lugar en la clasificac­ión general con 37 puntos. Y llegar al tan deseado oro.

La plata fue para los franceses Titouan Petard y Kenza Coutard, segundos con 44, y el bronce para los holandeses Bjarne Bouwer y Laila van der Meer, terceros con 45.

Las decenas de embarcacio­nes particular­es que se acercaron a la cancha de regatas del Naútico San Isidro transforma­ron las aguas del río de la Plata en una tribuna flotante y le dieron un marco especial a una regata que Cittadini, de 17 años, y Romairone, de 18, no olvidarán jamás.

“Lo que vivimos en esta final fue increíble. Nunca había visto tanta gente en el río. Fue muy emocionant­e y nos dio muchísima energía”, comentó él, que había sido el abanderado argentino en la ceremonia de apertura de los Juegos.

Los festejos de los campeones se extendiero­n bastante. El primero fue, por supuesto, en el agua ni bien se confirmó el título. Se tiraron al río junto a Nicolás Schardgord­osky, uno de sus entrenador­es -el otro es Nicolás Aragonés-, y los tres se fundieron en un abrazo dejando descuidado el barco, que se empezó a escapar. Por suerte, bien cerquita estaba el gran Santiago Lange que se encargó de evitar que se alejara demasiado.

De regreso a la costa, escoltados por los bocinazos de algunos de los barcos que los habían acompañado, llegó el momento de mayor emoción. Es que en tierra los esperaban sus familias, sus amigos y la gente que los acompañó en el ciclo.

“Ver a todos celebrando en los barcos alrededor nuestro me generó una ola de sentimient­os; fue impresiona­nte. Para mí es muy especial haber ganado esta medalla en este club, que está tan cerca de mi casa, y en este río, en el que navegué toda la vida”, contó Romairone, con una sonrisa que no se le borró nunca del rostro.

Y agregó: “Creo que todavía no caemos, pero la verdad es que estamos súper contentos. Nuestro pensamient­o fue siempre concentrar­nos en lo que teníamos que hacer y no dejar que todo lo que pasaba atrás nos afectara. Y lo logramos. Esto es un premio a todo el esfuerzo y a algunos sacrificio­s. Y hace que todo eso valga la pena. Aunque creo que sino nos hubiese ido tan bien, habría valido la pena igual”.

Ella no se guardó nada. Se abrazó con sus amigas, lloró de alegría junto a su familia, volvió a tirarse al río y se sumó a los festejos de la gente agitando una bandera celeste y blanca.

El no fue tan efusivo, pero bastó mirarlo a los ojos para ver cómo brillaban de emoción. “Capaz que no caigo en lo que pasó. Ganamos hace muy poquito. Creo que es por eso más que nada que parezco tan tranquilo”, reflexionó.

“Este proyecto empezó hace mucho con Buenos Aires 2018 como objetivo. Fuimos creciendo y logrando cosas de a poco, pero siempre pensando en estos Juegos. Es un orgullo muy grande ganar otra medalla para Argentina. Hicimos bien las cosas desde el principio, fuimos muy prolijos y creo que eso marcó la diferencia en un campeonato muy parejo. Así que estoy muy feliz”, contó.

Una fiesta interminab­le fue el Naútico San Isidro para celebrar la conquista de Dante Cittadini y Teresa Romairone, la nueva dupla dorada del yachting argentino. ■

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GERMAN GARCIA ADRASTI En el río. Dante Cittadini sostiene la Bandera argentina y Teresa Romairone, de pie a su lado, son la imagen de la felicidad.

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