Clarín

Las Kamikazes hicieron vibrar a todos con una consagraci­ón histórica

El Parque Sarmiento desbordó de fanáticos para alentarlas y festejar con ellas el título ante Croacia.

- Mauricio Codocea mcodocea@clarin.com

La explosión de alegría sólo pueden entenderla ellas. Verlas es presenciar casi un momento religioso. Revolean sus ojos, sus miradas se pierden. No hay rito pagano y, aunque no se la ve, ahí está la diosa que se incorpora en sus músculos, en su sangre, en su alma: se llama gloria y vendrá personific­ada, en unos instantes, en forma de medalla de oro olímpica. Las Kamikazes, la Selección femenina de beach handball, logró que Argentina sea la primera campeona de los Juegos de la Juventud en esta modalidad al vencer 2-0 (14-10 y 18-16) a Croacia.

Ya la semifinal había sido un cúmulo de sensacione­s. Después de un primer set que las puso al borde de la definición pero un segundo en el que Hungría casi las pasó por arriba, las chicas vivieron la tanda de shoot-outs (lo que serían los “penales” de este deporte) con las emociones a flor de piel. Cada error provocaba un sufrimient­o lacrimógen­o. Lo mismo que cada acierto, sólo que con las venas llenas de algarabía.

Zoe Turnes lo expresaba como podía al finalizar el juego: “Tratamos de contener la emoción, pero era muy difícil. En cuanto mirás y ves a tus papás… Estoy muy emocionada”, alcanzaba a decirle a Clarín para volver a llorar de inmediato. Y de inmediato intentaba focalizars­e: “Ahora la cabeza está en la cabeza de oro… Digo en la medalla. Ya no sé ni qué estoy diciendo”. El llanto se mezclaba con la risa en un gesto facial conmovedor.

Claro que faltaba lo mejor. A esta altura, el rival era indistinto, pero quizás el destino jugó su papel hacién- dole un guiño a las chicas cuando Croacia, que había perdido con las Kamikazes en las rondas previas, eliminó a Holanda que, por el contrario, había sido la única Selección en ganarle a las argentinas.

Y las croatas llegaron a desmerecer a las argentinas. “Dijeron que éramos unas sudacas (sic) y que no les importaba nuestro partido”, remarcaría más tarde la arquera Rosario Soto. Las chicas se habían juramentad­o hacerles tragar aquellas palabras a las europeas.

Aunque casi llegan a destiempo. En realidad, no tanto, pero tuvieron que agruparse en el puñado de personas que esperaban ingresar por la zona de acreditado­s (prensa, miembros de delegacion­es, cuerpos técnicos, jugadores) porque el estadio, literalmen­te, desbordaba.

La gente se apiñaba en sus asientos aunque, vale destacar, la organizaci­ón no abrió el paso para llenar los espacios entre las escaleras. Lo bien que hicieron: sobrepasar esas tribu- nas tubulares podría haber sido todo un peligro.

En el primer parcial salió a flote toda la garra del selecciona­do que, de algún modo, es pariente de La Garra del handball indoor. En base a una defensa muy fuerte (en algún momento llegaron a cometer tres infraccion­es al hilo), sostuviero­n la paridad y controlaro­n a Anja Luksic. Con una Carolina Ponce en llamas (3 goles en 4 lanzamient­os), sacaron 6 de ventaja cuando quedaba casi la mitad del período y lo supieron sostener para llevarse el parcial 14-10.

El segundo período encontró el bache más pronunciad­o de Argentina, con algunos errores en ataque que permitiero­n a las croatas igualar en 8 tras haber estado cuatro arriba, pero la dupla Ponce-Bonomi sacó lo mejor de la pivote para estirar la diferencia con una actuación destacada de Carolina asistiendo a Gisella y también marcando.

Con la ventaja 18-12, una salvada de Soto a 3 minutos del final pareció inclinar la balanza definitiva­mente, pese a que los nervios de un estadio a reventar no se animaran a decirlo. Sin embargo, el reloj corrió, las croatas no pudieron y Argentina hizo historia en el beach handball.

Como dice Turnes, con los ojos bañados en llanto y gloria: “Nunca pensé que el beach handball pudiera generar esto. Y sí, puede ser que sea culpa nuestra”. Claro que sí, chicas. Y bien que lo vale. ■

Toda esta gente no podía ver nada y sin embargo se quedó a gritar por nosotras. Nunca vivimos algo igual. Es increíble. Muchas veces se me pasó por la cabeza bajar los brazos, pero no lo hice por esto”. Jimena Riadigos

El beach handball demostró lo que es haciendo historia. Estoy segura de que mucha gente se va a ir de acá con ganas de practicarl­o. Estoy tranquila porque todavía no caí”.

Fiorella Corimberto

 ?? GUILLERMO RODRÍGUEZ ADAMI ?? Y dale alegría a mi corazón. Las Kamikazes del beach handball celebran en la arena su flamante oro olímpico.
GUILLERMO RODRÍGUEZ ADAMI Y dale alegría a mi corazón. Las Kamikazes del beach handball celebran en la arena su flamante oro olímpico.

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