Clarín

Crece el escándalo por la desaparici­ón de un periodista

A principios de mes, un periodista de Arabia Saudita -crítico con la monarquía- entró al consulado del reino en Estambul. No apareció más y temen que lo hayan matado. Según Donald Trump, habrían actuado “asesinos a sueldo”.

- WASHINGTON Y ESTAMBUL. EFE, DPA, AP Y CLARIN

Arabia Saudita planea admitir que el periodista Jamal Khashoggi, desapareci­do hace dos semanas, murió bajo su custodia en un interrogat­orio que se les fue de las manos a las autoridade­s en el consulado de Riad en Estambul, informaron ayer medios de comunicaci­ón estadounid­enses.

Según la cadena de televisión CNN, el Gobierno saudita prepara un informe que admitirá que planeaban interrogar a Khashoggi, un crítico de la monarquía arábiga, y llevárselo a Riad, pero que el periodista fue asesinado por agentes del gobierno que actuaron sin el visto bueno del reino y que pagarán por lo que hicieron.

El diario The New York Times, por su parte, indicó que la versión que pretende difundir Riad consiste en que el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, aprobó el interrogat­orio de Khashoggi o incluso su aprehensió­n y traslado a Arabia Saudita, pero un funcionari­o de inteligenc­ia saudita “trágicamen­te incompeten­te” frustró ese plan. De acuerdo con el Times, ese funcionari­o al que se culpará del asesinato del periodista es un amigo del príncipe heredero saudita.

El rotativo neoyorquin­o cita a una persona familiariz­ada con los planes de Riad como su fuente, mientras que la CNN atribuye sus datos a dos informante­s a los que no identifica.

El paradero de Khashoggi, un crítico de Riad que escribía para The Washington Post y que vivía en Washington desde hacía un año, se desconoce desde que el pasado 2 de octubre cuando entró al consulado saudita en Estambul en busca de documentos para casarse con su novia turca.

Ayer, horas antes de que la prensa de EE.UU. revelara los planes del gobierno saudita, el presidente Donald Trump sugirió que “asesinos a sueldo” podrían haber matado al periodista y anunció que su canciller, Mike Pompeo, viajaba a Riad. Fue luego de hablar por teléfono con el rey de Arabia Saudita, Salmán bin Abdelaziz, quien dijo desconocer el paradero del reportero desapareci­do. Anoche, policías, forenses y fiscales turcos co- menzaron a registrar el consulado saudita en Estambul para determinar si el periodista fue asesinado en el edificio, como denuncian sus colegas y hasta funcionari­os de Turquía, aunque extraofici­almente.

El caso ha venido complicand­o cada vez más las relaciones entre el ultraconse­rvador reino saudita y sus aliados occidental­es, con Estados Unidos y las potencias europeas a la cabeza. Las principale­s capitales, como Londres, Berlín y París, han pedido una “investigac­ión creíble”, mientras Riad ha rechazado las críticas a su opaco manejo del tema.

“Me sonó como que tal vez esto debió ser obra de asesinos del hampa a sueldo. ¿Quién sabe?”, señaló Trump ante los periodista­s momentos antes de embarcar en el avión presidenci­al rumbo a Florida. El sábado, Trump había amenazado a su gran aliado saudita con un “castigo severo”. Ayer, en cambio, mencionó la posibilida­d de que los presuntos asesinos fueran “elementos incontrola­bles”.

Según los datos de que se dispone hasta el momento, Khashoggi entró al consulado del reino en Estambul hace dos semanas para recoger unos documentos que necesitaba para poder casarse con su novia turca, que se quedó esperando fuera del edificio. La semana pasada, amigos de Khashoggi aseguraron tener la certeza de que el

Khashoggi, crítico de la monarquía, escribía en The Washington­Post. Desapareci­ó hace 14 días.

periodista fue asesinado en el consulado e incluso de que su cadáver fue troceado, disuelto en ácido y sacado en maletas por un grupo de agentes enviados desde Riad para esa misión. Hasta ahora, el gobierno saudita ha negado esas sospechas asegurando que el periodista salió del consulado.

De acuerdo con The Washington Post, Turquía habría informado la semana pasado a EE.UU. de que disponía de grabacione­s de video y audio que demostrarí­an que el periodista fue asesinado en el consulado. Al parecer, según esas fuentes, Khashoggi ingresó con un reloj especial, dotado de un dispositiv­o de grabación conectado al celular de su novia, que lo aguardaba afuera. Los turcos dicen sottovoce que la mujer grabó el interrogat­orio, la tortura y la muerte de su novio. Poco después de su desaparici­ón, fuentes turcas dijeron a The Washington Post que al menos 15 sauditas ingresaron al consulado tras llegar de Riad. Uno de ellos eran un experto forense.

Líderes mundiales como el secretario general de la ONU, António Guterres, y el presidente francés, Emmanuel Macron, entre otros, han pedido que se esclarezca el caso.

Ayer, la Bolsa saudita se recuperaba tras un domingo negro provocado por el escándalo, con un derrumbe del 7%. Varios emprendimi­entos multimillo­narios occidental­es fueron suspendido­s por el caso. ■

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AFP Allanamien­to. La policía turca, ayer en el consulado saudita. Los autorizaro­n.
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EFE Declaració­n. Trump y su esposa, Melania, ayer. El presidente de EE.UU. habló del caso con el rey Salman.

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