Los negocios con Riad y su peso en la condena de EE.UU. y Europa
Problemas. Washington y otras capitales europeas tienen reticencia a presionar a los sauditas por el periodista desaparecido. El negocio de armamentos, una clave.
Cuando se formó el gobierno de coalición alemán en marzo, Berlín se había convertido en uno de los críticos más abiertos de Arabia Saudita, lo que provocó el retiro del embajador saudí y de las inversiones saudíes en el país. Los alemanes también acordaron que no venderían más armas a Riad. Sin embargo, seis meses después, el embajador de Arabia Saudita está de vuelta en Berlín y Alemania una vez más está presionando para vender equipos de defensa al reino, que ha sido criticado por su participación en la guerra devastadora en Yemen. El principal diplomático de Alemania ahora llama a la disputa diplomática anterior un “malentendido”.
El cambio silencioso del enfoque de confrontación de Alemania hacia Riad no podría haber llegado en un momento más incómodo. Desde la desaparición el 2 de octubre del columnista saudita Jamal Khashoggi, las empresas y los gobiernos de todo el mundo han sido presionados para que abandonen sus lazos con el liderazgo de Arabia Saudita. En EE.UU., el presidente Trump se encontró bajo una creciente presión para actuar.
El propio mandatario dijo que habría un “castigo severo” si una investigación confirmara que Arabia Saudita es responsable. Sin embargo, ha habido mucha menos presión sobre otros países con profundas relaciones con Arabia Saudita para actuar. Mientras Gran Bretaña, Francia y Alemania emitieron un comunicado conjunto durante el fin de semana en el que pidieron una “investigación creíble”, ninguno de los tres países ha ido más allá de los comentarios expresados hasta ahora por la Casa Blanca.
Si bien la presión de los Estados Unidos sobre Trump ha sido biparti- dista, en Europa, los llamamientos para castigar a Arabia Saudita provienen principalmente de los partidos de la oposición. El Partido Laborista británico presionó al gobierno conservador durante el fin de semana para detener la venta de armas al país “hasta que cambiaron de actitud”, dijo la experta en política exterior del Partido Laborista Emily Thornberry. Mientras que los observadores alemanes han criticado a Trump por negarse a castigar a los sauditas, la portavoz de la canciller alemana, Angela Merkel, dijo que el caso Khashoggi y las exportaciones alemanas a Riad eran “dos cosas no relacionadas”.
La declaración conjunta europea durante el fin de semana no hizo referencia a posibles sanciones y el secretario de Relaciones Exteriores británico Jeremy Hunt solo dijo que el país consideraría una “manera apropiada de reaccionar” si se confirmaraque Riad está detrás de la desaparición del periodista. En un país que ya enfrenta incertidumbre económica sobre el Brexit, el desmantelamiento de las relaciones con Arabia Saudita podría tener graves repercusiones. Solo en los primeros seis meses de 2017, Londres vendió equipo militar de Riad por un valor de alrededor de US$1.4 mil millones, con miles de empleos británicos que dependen de las ventas.
Arabia Saudita ha dicho que no se someterá a “amenazas” y responderá con “mayor acción” a cualquier sanción impuesta en medio de la creciente presión de Estados Unidos e internacional. Todo esto aumenta los riesgos de la decisión que Trump tendrá alguna vez que tomar. ■