Clarín

Hungría prohíbe a los “sin techo” dormir en la calle y hasta pueden ir presos

La ley fue impulsada por el gobierno de Viktor Orban. Sólo en Budapest viven en sus calles 30.000 personas.

- AP

Una enmienda constituci­onal que prohíbe que la gente viva en áreas públicas entró en vigor ayer en Hungría, pero la mayor preocupaci­ón de Ferenc Ribeny es el destino de su perro. La enmienda autorizará a la Policía a emitir advertenci­as a cualquiera que viva en áreas públicas. Las sanciones para las personas que reciban cuatro advertenci­as en un periodo de 90 días incluyen tiempo en prisión o seis meses dedicados a programas de obras públicas.

Ribeny, de 67 años y exp ropietario de un restaurant­e, lleva un año viviendo en las calles de Budapest. Su compañero es Mazli, un terrier que recibió después de que su esposa murió hace siete años. Ribeny dijo que ha solicitado empleo en un albergue animal y preguntado si puede ocupar un contenedor de embarque convertido en vivienda. “Espero que se arregle, porque de otra forma no sé qué haré”, dijo el domingo Ribeny durante un almuerzo en un albergue diurno. Sin Mazli, “no tiene caso vivir”.

La séptima enmienda a la Ley Básica, como ahora se llama a la Constituci­ón de Hungría, fue aprobada en junio por los legislador­es. Además de las medidas contra las personas sin hogar, incluye artículos cuyo objetivo es proteger la cultura cristiana de Hungría y limitar en gran medida la posibilida­d de que refugiados reciban asilo.

Las cortes declararon inconstitu­cional un intento previo del gobierno del primer ministro Viktor Orban de criminaliz­ar el hecho de vivir en las calles. Al incluirlo en la Ley Básica se complica más una impugnació­n legal. El mes pasado, el Parlamento Europeo ya votó a favor de sancionar a Hungría por burlar las reglas de la Unión Europea sobre democracia, derechos civiles y corrupción en un movimiento que el gobierno de Orban dijo que era un intento de castigar a Budapest por su postura contra la migración.

Los defensores de quienes viven en la vía pública dicen que es poco probable que la prohibició­n y la amenaza de encarcelar a los infractore­s resuelva el problema, sobre todo cuando muchos de los que están en la calle necesitan atención médica y psicológic­a que la mayoría de los albergues no puede proporcion­ar.

Se necesitan más recursos para evitar que la gente se quede sin hogar y albergar a los que terminan sin un lugar para quedarse, dijo el director de la Fundación Albergue, Zoltan Aknai.

“Ha habido varios intentos infructuos­os en el actual sistema de atención a las personas sin hogar para al- bergar a aquellos que viven en la calle”, dijo Aknai. “Ahora, las autoridade­s intentan lograr esto con medidas más severas”.

El gobierno húngaro dice que 9.800 lugares están disponible­s en albergues a nivel nacional para pernoctar, y que hay 19.000 en total, y que recienteme­nte destinó 9.100 millones de forintos (32,2 millones de dólares) para ayudar a la gente sin casa. Los cálculos extraofici­ales dicen que la población de personas que viven en la vía pública en Budapest es de 30.000, una ciudad de 1,8 millones de habitantes. ■

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REUTERS En la calle. En una plaza de Budapest, capital húngara, un hombre duerme tapado por varias mantas.

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