Clarín

Merkel trata de llevar calma tras los malos resultados de sus aliados

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La canciller alemana, Angela Merkel, y los partidos de la gran coalición se esforzaron ayer por calmar las aguas tras la debacle sufrida en las elecciones bávaras por los partidos de gobierno. La Unión Socialcris­tiana (CSU), ala bávara de la Unión Cristianod­emócrata (CDU) de Merkel, perdió su mayoría absoluta y el Partido Socialdemó­crata (SPD) se quedó en el cuarto lugar, por debajo de Los Verdes y de la ultraderec­hista Alternativ­a por Alemania (AfD) y con menos del 10%.

Merkel atribuyó los golpes sufridos por sus socios a una pérdida de confianza en los partidos de la coalición y dijo que ahora ella debe ocuparse de recuperarl­a. “La lección que extraigo del día de ayer es que, como canciller de esta gran coalición, debo ocuparme con más fuerza de que exista esta confianza y con ello que los resultados de nuestro trabajo se hagan visibles. Y esto lo voy a hacer con toda mi energía”, declaró. Merkel dio a entender también que parte de esa pérdida de confianza se debe a las pugnas constantes entre la CDU y la CSU, partidos hermanados de los que, dijo, “se espera que actúen conjunta- mente”. Previament­e, la secretaria general de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbaue­r, había afirmado que el resultado de las elecciones es “un claro mensaje de los electores que expresa su descontent­o sobre el trabajo de los tres partidos de la coalición en los últimos meses”.

“El resultado refleja las disputas entre la CDU y la CSU. Una coalición en la que los actores políticos tienen ese tipo de trato entre ellos evidenteme­nte no es aceptada por los electores”, dijo Kramp-Karrenbaue­r.

Con esas palabras aludía a los roces del ministro de Interior y líder de la CSU, Horst Seehofer, con Merkel en torno a la política migratoria.

Interrogad­a acerca de si para que mejorase el clima en la coalición se necesitaba la dimisión de Seehofer, Kramp-Karrenbaue­r dijo que las decisiones dentro de la CSU tras las elecciones en Baviera son cuestión de esa agrupación bávara.

No obstante, dentro de los líderes regionales de la CDU el primer ministro de Schleswig-Holstein, Daniel Günther, formuló duros ataques a los miembros de la cúpula de la CSU a los que responsabi­lizó de la debacle. De momento, no se ha abierto el debate sobre posibles dimisiones, lo que es atribuido por algunos analistas a que no se quieren aumentar las tensiones de cara a las regionales de Hesse, el próximo 28 de octubre. La presidenta del Partido Socialdemó­crata Alemán, Andrea Nahles, llamó a la agrupación a mirar hacia adelante, pensando en la renovación programáti­ca y en los comicios de Hesse. ■

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