Clarín

La UE exige a la premier británica que presente un plan concreto para el Brexit

Sin avances en la negociació­n, hoy habrá en Bruselas una cumbre en la que May dará explicacio­nes.

- Idafe Martín elmundo@clarin.com

Si entrar en la Unión Europea es difícil, salir se está demostrand­o casi imposible. El gobierno británico bracea para buscar una salida al embrollo del Brexit, su adiós a la Unión Europea tras 40 años de membresía. Las ideas puestas hasta ahora sobre la mesa por la primera ministra Theresa May fueron rechazadas una a una, principalm­ente porque se basaban en un modelo que los otros 27 países no aceptan: conservar los beneficios de la pertenenci­a al bloque sin asumir sus correspond­ientes cargas. Una salida “a la carta” que no tiene recorrido.

Londres podría decidir salirse por las bravas, romper con Bruselas sin acuerdos, pero el gobierno británico sabe que eso provocaría un destrozo en su economía y en el sitio de su país en el mundo porque, entre otras cosas, la salida conllevarí­a la ruptura de más de 700 acuerdos y tratados internacio­nales de toda índole.

Entre la espada europea y la pared de los más nacionalis­tas entre los conservado­res de su partido, May llega hoy a Bruselas para una de esas cumbres a las que la capital belga está tan acostumbra­da: nervios y ten- sión hasta altas horas de la madrugada. Los otros 27 dirigentes esperan, según explicó ayer el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk, “propuestas concretas” para salir del bloqueo porque con la buena voluntad ya no vale.

Tusk, que había oído a primera hora de la mañana de boca del negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier, que seguían los bloqueos, dijo ayer: “Para que haya una salida, además de buena voluntad hacen falta novedades. Mañana (por hoy miércoles) voy a pedir a la primera ministra Theresa May si tiene propuestas concretas para salir del bloqueo”. May, salvo sorpresa, no tiene más que su “Plan Chequers”, que los europeos rechazaron ya en septiembre.

May, después de días de vacilación, confirmó finalmente su participa- ción en la cena, a la cual llegará con menos debilidad gracias al apoyo del gobierno a su estrategia, obtenido después de dos horas y media de discusión sobre aduanas y fronteras irlandesa. Las autoridade­s de las institucio­nes europeas empezaron ayer a rebajar la tensión sobre la cumbre porque no esperan acuerdos. Ya no es “el momento de la verdad”. Tusk explicó ayer que los otros 27 discutirán (en la cena, ya sin May) si ven “progresos suficiente­s” para seguir negociando hasta otra cumbre a mediados de noviembre.

El jefe del gobierno austríaco, Sebastian Kurz (su país ostenta la presidenci­a pro-tempore de la UE) dijo que se podría llegar hasta una cumbre en diciembre previa al receso de Navidad. Barnier pidió ayer “más tiempo para lograr un acuerdo global y alcanzar progresos decisivos”.

Desde Luxemburgo, donde explicó a los cancillere­s del bloque el estado actual de las negociacio­nes, Barnier dijo que seguirá negociando y recordó que “la salida debe ser ordenada para todos y sobre todos los asuntos, entre ellos el de Irlanda”. Esas “propuestas concretas” que los europeos esperan de May se resumen en que la británica explique cómo piensa cumplir su promesa de mantener abierta la frontera entre Irlanda (miembro de la UE) e Irlanda del Norte (región británica que saldrá de la UE) si el Reino Unido se sale incluso de la unión aduanera europea.

Bruselas propuso como alternativ­a que haya controles aduaneros en las conexiones (portuarias y aeroportua­rias) que unen Irlanda del Norte al resto del Reino Unido, algo que Londres rechaza porque lo ve como una frontera interna, aunque es un modelo que lleva décadas implantado en España entre las Islas Canarias y la Península Ibérica. Tusk dijo ayer que espera de May “algo realmente creativo para proteger nuestros valores, nuestro mercado único y, al mismo tiempo, respetar plenamente al Reino Unido y su soberanía”. El lunes, en la carta de invitación para la cumbre enviada al bloque, Tusk reconoció que la ruptura sin acuerdo “es más probable que nunca”. Ayer dijo que no tenía “motivos para ser optimista”.

Mientras la Comisión Europea acelera los preparativ­os de gobiernos y empresas para la eventualid­ad de esa ruptura sin acuerdos, Tusk quiso explicar en su carta que eso “no impide que hagamos todo lo necesario para alcanzar el mejor acuerdo posible para todos”. ■

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AP Juntos. El jefe negociador del Brexit, Michel Barnier, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, durante un encuentro en Bruselas.
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