No esperen grandes cambios
Lo primero a mirar en el operativo Aprender que se hará a partir de mañana es cuántos estudiantes participan y cuánta resistencia hay de los docentes. La madurez con la cual se han tomado los resultados de los últimos años debería haber reducido los temores a esta instancia de evaluación y por eso encontrar menos oposición y tener un mayor número de participantes. En cuanto a los resultados, no hay razones para esperar importantes mejoras. No se observa que se hayan tomado grandes medidas que puedan generar un aumento rápido en los aprendizajes. Algunos cambios en los contenidos curriculares, a los que la burocracia recurre una y otra vez como solución, pueden tener un efecto en el mediano plazo. Algunas capacitaciones a docentes, apuntando a temas donde el desempeño ha sido particularmente bajo pueden sumar algunas décimas, sobre todo en Lengua. Sin embargo, la pérdida de días de clase a causa de los conflictos gremiales, conspiran contra esta mejora. El principal motivo por el que no se lograrán grandes subas en los resultados es porque nadie se hace dueño de los mismos. La sabia decisión de no buscar culpables, y quedarnos solamente con explicaciones sistémicas tiene como consecuencia no deseada que nadie se siente con la responsabilidad de cambiar los resultados para el próximo año. El sistema educativo necesita de un liderazgo que vuelva a transmitir a los docentes que tienen una misión, un deber, algo por lo que sentirse orgullosos: que sus alumnos aprendan. Mientras este espíritu no reine en las escuelas, no podremos esperar muchos cambios en los resultados de Aprender.