Investigan las siete horas previas al asesinato de la mujer embarazada en un hotel
Su pareja contó que salió de su casa a las 2.30. Pero recién a las 9.45 entró al albergue transitorio donde apareció muerta. El acusado de matarla se negó a declarar.
Carolina Medina, la mujer embarazada de siete meses que fue hallada en un hotel alojamiento de Florencio Varela, murió desangrada a causa de las brutales lesiones que sufrió en el aparato urinario, digestivo y reproductor. Así lo confirmó la autopsia realizada en las últimas horas. La Justicia cree que esas heridas fueron producidas durante un “juego sexual”, aunque no termina de quedar claro en qué contexto se dio. Una posibilidad es que la relación haya comenzado como algo consentido y haya derivado en una violación.
Según confirmó Clarín, el informe preliminar de la autopsia al cuerpo de Carolina, de 25 años, reveló que la causa de la muerte fue un “shock hipovolémico con lesiones traumáticas en la zona genital y abdominal”. De acuerdo con las fuentes, esa lesiones “fueron producidas por un objeto”. Ahora investigan si ese “objeto” fue una botella de cerveza que la pareja pidió a la conserjería cuando entró a la habitación del hotel, pero que no estaba cuando ingresaron allí los peritos. En el lugar, también se hallaron bolsitas con una sustancia blanca que -sospechan- sería cocaína.
Por el crimen de Carolina, el domingo por la noche fue detenido el hombre que ingresó con ella al hotel alojamiento de Florencio Varela adonde hallaron su cuerpo. El sospechoso, identificado como Ariel Norberto García, de 37 años, fue entregado por su padre a la Justicia, luego de que el hombre viera en la televisión las imágenes del auto huyendo del hotel alojamiento y lo reconociera. Hasta anoche el coche no había aparecido.
Ayer, García se negó a declarar ante la fiscal del caso, Gisela Olszaniecki, titular de la UFI N°3 descentralizada de Florencio Varela. Lo acusan del delito de “homicidio y aborto”. No es la primera vez que debe rendir cuentas ante la Justicia. “Tiene antecedentes por robo agravado por el uso de armas de 2011 y dejó el penal de Gorina en 2013 con una morigeración de la prisión domiciliaria para internarse en un centro de adicciones”, explicaron fuentes del caso.
El cuerpo de Carolina fue descubierto el sábado pasado a las 13. Yacía sobre un charco de sangre en la cama de la habitación “10” del hotel alojamiento “Susurros”. Un rato antes de ese cuarto se había escapado un hombre, a bordo de un Ford Focus. Según las cámaras de seguridad del hotel alojamiento, ese coche había ingresado a las 9.45. El foco de los investigadores está puesto en reconstruir las horas previas al homicidio.
Según contó ayer Alfredo, pareja de la víctima y padre del bebé que gestaba, Carolina dejó la casa que compartían en Quilmes Oeste cerca de las 2.30 del sábado. “Salió a comprar y no volvió más”, contó ante la prensa, horas después de que le tocara reconocer el cuerpo en la morgue de Ezpeleta.
El hombre contó que Carolina tenía un antojo y le dijo que iba a comprar chocolates al kiosco que está a la vuelta de su casa, que funciona las 24 horas. Nunca volvió. Alfredo no llegó a radicar la denuncia por la desaparición de Carolina. Cuando fue a la comisaría 3° de Quilmes ya tenían el dato del hallazgo del cadáver de un mujer embarazada que no tenía DNI. Las peores sospechas se confirmaron horas más tarde, cuando el hombre llegó a la morgue. “Fui a reconocer el cuerpo y sí, era mi mujer. Me dijo que iba a comprar, que iba y venía, confié en eso y no pensé que iba a pasar esto. Estaba embarazada, esperaba para diciembre. Quiero justicia”, relató Alfredo.
Hugo Medina, el tío de Carolina, también contó que ella era la segunda de los cinco hijos que había tenido su hermano: “El padre está destruido”, dijo y explicó que su cuñada, la mamá de la víctima, estaba de viaje por Santiago del Estero visitando familiares, que le avisaron por teléfono y esperaban su llegada a Buenos Aires para organizar el velorio y el entierro.
Carolina, que en su pasado había tenido problemas de adicción al paco, era ama de casa y tenía dos chiquitos, de 8 y 6 años, de una relación anterior. “Nada se sabe del padre de esos chicos, nunca se hizo cargo”, reveló Hugo. Esos nenes que se quedaron sin mamá ahora están al cuidado de sus abuelos. ■