Estudiantes celebra el golpe de Old Trafford y revive la mística
No hay casualidades en el country de Estudiantes de La Plata en City Bell: en todas las notas que se realizan asoman las palabras "trabajo y familia''. Hay un homenaje por los 50 años del mítico empate 1-1 ante Manchester United, en Old Trafford, que le sirvió para quedarse con la Copa Intercontinental. En la ida, en la Bombonera, había sido 1-0 para los platenses. “Estas fechas sirven para festejar, pero nosotros tenemos siempre presentes a los campeones del 68. Muchos de ellos están todos los días en el country”, explica el presidente, Juan Sebastián Verón. “Esta gente marcó una manera de trabajar y una identidad. Las nuevas generaciones somos hijas de ésta. Y desde ahí aparece el concepto de familia", amplía la Bruja.
Aquella noche de Old Trafford, por Estudiantes jugaron Poletti; Malbernat, Aguirre Suárez, Madero y Medina (expulsado); Bilardo, Pachamé y Togneri; Ribaudo, Conigliaro y Verón. Luego ingresó Juan Echecopar.
Hay un asado gigante bajo las sombras de los muchos árboles del lugar. Oscar Malbernat, Eduardo Bocha Flores, Alberto Poletti, Gabriel Flores y Juan Ramón Verón disfrutan del almuerzo mientras rememoran historias. Un rato antes, los cinco fueron recibidos con un pasillo de honor por el plantel profesional y jugadores de Inferiores. Los cinco, claro, representan y simbolizan a los campeones del 68, muchos de los cuales ya no están (participaron del evento sus familiares) y otros no pudieron asistir por motivos diversos.
“La verdad es que no fuimos conscientes de lo que habíamos logrado. En eso tiene mucho que ver la época y también la mentalidad de Zubeldía. Salimos campeones y al par de horas Osvaldo ya estaba pensando en un amistoso que íbamos a jugar contra el Inter en Italia”', dice Juan Ramón Verón, el autor del gol del empate, ante la consulta de Clarín.
“Recién cuando llegamos a Italia nos dimos cuenta de lo que habíamos logrado. Terminó el partido, fuimos al vestuario y veíamos por las ventanas cómo los ingleses participaban de una especie de tercer tiempo. Subimos al micro y cantamos el Himno. Llegamos a las 2 de la mañana a la concentración y nos tuvimos que tomar un té porque no había nada para festejar”, agrega Cacho Malbernat.
Sigue el capitán del campeón: “Acá nos criticaban porque no nos entendían. Zubeldía fue un adelantado. Trabajaba doble turno, nos concentraba, nos hacía presionar. En esa época había libertades para jugar y cuando los equipos chocaban con nosotros se enojaban porque éramos agresivos para recuperar la pelota. De ahí empezó la pavada del antifútbol”.
Hubo invitados varios al evento, pero la presencia más especial fue la de Alejandro Sabella, gloria del club y campeón como jugador y como DT. Cuando Pachorra llegó, el primer hincha que lo recibió se arrodilló ante él y le besó los pies. ”¡Qué lindo verlo, Maestro!”, le dijo. “Levantate que me hacés poner incómodo”, le respondió Sabella, vestido casi de gala. Y se quedaron hablando unos minutos.
Sencillo, íntimo y familiar. Así fue el festejo de Estudiantes a 50 años de la obtención de la Copa Intercontinental. ■