Clarín

Creen que Sheila se defendió de un abuso y rasguñó a su tío antes de ser estrangula­da

El detenido por el crimen de la nena tiene heridas en sus brazos. Su pareja, también acusada por el asesinato, parió ayer a su cuarto hijo bajo una fuerte custodia policial.

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Las que vienen serán horas clave para saber qué fue lo que ocurrió antes de que asesinaran a Sheila. Se sabe, por ahora, que la estrangula­ron con un lazo -se cree que usaron sábana infantil- pero que no alcanzaron a violarla. Todo apunta a que murió el mismo domingo que desapareci­ó, en el predio donde vivía, en San Miguel.

Quizás algo de lo que resta por saber surja de la declaració­n indagatori­a, prevista para este sábado a la tarde, al principal sospechoso por el crimen: Fabián González Rojas (24), de nacionalid­ad paraguaya y tío político de Sheila por estar en pareja con Leonela Ayala (25), una de sus tías paternas, también detenida.

González Rojas fue arrestado el jueves, apenas los investigad­ores ubicaron el cuerpo de la nena adentro de una bolsa de basura que habían arrojado entre la medianera del predio usurpado ubicado en Aristóbulo del Valle y Salguero, y el edificio de una bailanta abandonada. En paralelo a los resultados preliminar­es de la autopsia sobre el cuerpo de Sheila, ayer se conoció otro indicio que complica al tío: presenta rasguños en sus brazos que serían compatible­s con signos de defensa por parte de la víctima, según indicaron fuentes del caso a Clarín.

Habrá que ver si cuando se sienta frente al fiscal Gustavo Carracedo, de la UFI N° 20 descentral­izada de Malvinas Argentinas, González Rojas pueda dar alguna explicació­n sobre esas marcas. O sobre por qué el cuerpo de Sheila apareció en una medianera lindera a su casa, con signos de haber sido arrojada desde seis metros de altura. O la razón de la declaració­n que hizo su pareja, Leonela, a la Policía: “Tomamos alcohol y drogas y no sabemos qué pasó”.

Otra posibilida­d es que opte por no decir nada. En ese caso habrá que esperar al turno de la tía, que ayer dio a luz. Cuando fue detenida, Leonela Ayala transitaba la semana 37 de su embarazo y ayer a la tarde el fiscal decidió internarla en el hospital de Mal- vinas Argentinas. Cerca de las 16 nació el bebé, que pesó 3,160 kilos. Es el cuarto hijo de la pareja.

Lo más probable es que la mujer sea dada de alta el lunes, según dijo Marcelo Zavala, director del hospital, a Canal 9. No obstante, este sábado, el fiscal Carracedo solicitará un informe médico y decidirá si le toma la declaració­n indagatori­a en el centro de salud. "Está en su sano juicio y puede declarar, pero no trasladars­e", adelantó Zavala.

El parto abrió una nueva duda en el caso. Según declaró el director del hospital, durante el interrogat­orio médico, la mujer dijo que “no consumió ningún tipo de sustancia y no fumó ni un cigarrillo durante el embarazo”. Esos dichos se contradice­n a la versión que le dio a la Policía. Para los investigad­ores, es probable que la mujer no haya tomado en el momento del hecho pero sí su marido. Y que cuando habló lo hizo en plural.

La mayor certeza sobre lo que ocurrió el domingo está hasta ahora en los resultados preliminar­es de la autopsia realizada ayer por la Policía Científica. El informe señala que la causa de muerte de Sheila fue “asfixia por estrangula­miento a lazo” y que la nena presentaba un “surco de ahorcadura de 3 centímetro­s de ancho con calco de la trama”.

Los peritos indicaron que la víctima no tenía “otras lesiones traumática­s en la superficie corporal”. Aunque le detectaron “fracturas no vitales de los arcos costales anteriores derecho e izquierdo” que habrían sido causadas por la caída desde seis metros de altura hasta el hueco donde descartaro­n el cuerpo.

Los investigad­ores creen que a Sheila la intentaron atacar sexualment­e pero que el o los autores no llegaron a concretar la violación. No tenía lesiones en su zona genital. De todos modos, aún restan los exámenes de las muestras recolectad­as con hisopados. Otro dato que refuerza la hipótesis del intento de abuso es que en el momento del hallazgo el cuerpo de la víctima estaba desnudo, dentro de una bolsa en la que también encontraro­n la ropa que tenía puesta el día que desapareci­ó.

Las pericias también indicaron que el estómago de la nena estaba vacío. La última vez que la vieron, Sheila es-

taba jugando en la puerta del predio donde desde el jueves de la semana pasada vivía con su padre. Un testigo declaró que alrededor del mediodía alguien la llamó por su nombre y la menor respondió “Tía ya voy”. Desde ese momento nadie más la vio. Para los investigad­ores, la falta de alimentos en el cuerpo podría indicar que la chica desayunó y fue asesina

da apenas desapareci­ó, al mediodía. Las primeras pericias realizadas el jueves arrojaron que la data de muerte de Sheila se ubicaba entre tres y cinco días antes de su desaparici­ón.

El crimen conmocionó al barrio Trujui, que ayer se movilizó para reclamar justicia. Anoche, la familia se preparaba para realizar realizar el velorio.

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MARIO SAYES Reclamo. Vecinos y familiares de la nena se movilizaro­n ayer al predio donde hallaron el cuerpo.
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Víctima. Sheila Ayala (10) estuvo desapareci­da durante cuatro días.

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