Heinze afianza la identidad de Vélez de la mano de los buenos resultados
El único tanto lo marcó el uruguayo Ramis, en el segundo tiempo. De local suma 11 partidos sin caídas.
El desahogo de Jhonathan Ramis y de todo el estadio Amalfitani fue la postal de este Vélez de Gabriel Heinze. Domina, presiona, recupera, juega pero le falta gol. Y cuando lo logra, explota. Parece poco el 1-0 para todo lo que hizo Vélezl. Hubiese sido mucho un punto para lo poco que propuso Gimnasia. En la búsqueda que tiene el Gringo, estos tres puntos sirven para acomodarse en la Superliga y escapar, cada vez más, de la zona de la tabla de promedios del descenso.
El manual de Vélez, escrito y dirigido por Heinze, tiene como premisa la posesión del balón, especialmente en campo rival, y los pases cortos. Es el camino hacia el gol. Las estadísticas acumuladas de la Superliga pueden sorprender a muchos pero no a la gente de Liniers, menos al Gringo. Vélez es el equipo con mayor posesión del torneo (58 %), con domi- nio en campo rival y también de mayor cantidad de pases. El objetivo lo cumple en parte. El contraste es la cantidad de goles a favor: ocho en ocho fechas antes de ayer.
El partido ante el equipo platense no fue la excepción. El local fue amplio dominador con un resultado exiguo y el gol llegó por un error defensi- vo de Gimnasia. El déficit continúa en el área rival, más allá del gol de Ramis. La primera etapa fue la mejor muestra. Dominó los 45 minutos y apenas tuvo dos chances (un cabezazo de Ramis y un remate al travesaño de Gastón Díaz tras la salida de un tiro libre). El Lobo, sin la pelota, también tuvo dos claras en los pies del Pe- lado Silva: una la atajó Domínguez y la otra se fue desviada.
Algo está claro: Vélez ya tiene una identidad de juego. No la tenía desde la era Gareca. Ahora se la dio Heinze, que además ayer tomó precauciones para contener a la dupla de ataque Silva-Hurtado. Lo ubicó a Gastón Giménez delante de la línea de los centra- les, con Gastón Díaz y Cufré bien adelantados. Un ofensivo 3-4-3 que no se traduce en goles. Sí en juego.
La disciplina táctica que pretende el entrenador funcionó bastante. Se nota la búsqueda del Gringo. Ese gol que bien le anularon a Mainero en el final hubiese sido una linda frutilla para el postre. Igual, Vélez crece. ■