Clarín

Cristina, más acorralada: un lazo innegable con Muñoz y su viuda

Causa. El pedido de detención de Pochetti es una mala señal para la ex presidenta. Comparte con ella el mismo domicilio registrado ante la AFIP, en Santa Cruz.

- Nicolás Wiñazki nwinazki@clarin.com

Alcorta 76. Río Gallegos. Santa Cruz. Un domicilio. Una oficina. Es la dirección fiscal que registró ante la AFIP la ex presidenta y hoy senadora aforada, Cristina Elisabet Fernández. En la misma sede están inscriptas algunas de sus empresas, sospechada­s de haber sido usadas como herramient­as para recaudar o lavar dinero de la corrupción. Y es también, Alcorta 76, la dirección fiscal que registró una persona que ella conoce, y mucho. Es Carolina Pochetti, viuda de Héctor Daniel Muñoz, el ex secretario y “sombra” de Néstor Carlos Kirchner. El juez Claudio Bonadio, y el fiscal Carlos Stornelli, pidieron la detención y el embargo de todos los bienes de Pochetti. Son muchos bienes. En la Argentina y en el exterior. Su esposo fallecido, remisero en sus inicios profesiona­les (la misma profesión de Oscar Centeno) conoció a los Kirchner y tras varios años en la función pública gozó junto a Pochetti de una fortuna abrupta que se cuenta en millones de dólares. Más de 70 millones de dólares.

La Justicia acorrala cada vez más a la senadora con fueros Fernández, procesada en la causa de los “cuadernos K” como jefa de una asociación ilícita que usó medios del Estado para apropiarse de dinero de corrupción que pagaron empresario­s que fueron beneficiad­os con contratos estatales, según confirmaro­n ellos mismos en declaracio­nes judiciales.

La detención de Pochetti impacta en el corazón de la familia Kirchner porque su marido, vivió con ella y con Néstor durante añares.

Pochetti tiene hoy el mismo domilicio fiscal que la ex presidenta: Alcorta 76.

No es por azar. Allí funcionaro­n las oficinas del contador de los Kirchner, Víctor Manzanares. Él dejó de trabajar allí en el 2011.

Esos 70 millones de dólares de Muñoz y Pochetti son una ahorro de explicació­n compleja para quien en el 2009 se retiró de su puesto de secreta- rio del presidente de la Nación declarando bajo juramento que poseía un terreno de 1.285 m2 en Mar del Plata; otro en El Calafate de 675 m2; ahorros por 430 mil pesos y un Ford Focus modelo 2006.

Pochetti, Muñoz, y varios personajes de su entorno, acusados de ser sus testaferro­s, fueron denunciado­s en el año 2011 por la diputada del Parlasur Mariana Zuvic, y la legislador­a Elisa Carrió.

Entre los señalados por las denunciant­es de formar parte de un entramado empresario, que ahora se sabe era mucho más importante y permanecía oculto, estaban también el ex gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, casado con Stella Maris Blanco, cuñada de Pochetti.

La causa fue instruida por el juez Luis Rodríguez.

El fiscal es el mismo del caso “cuadernos K”, Carlos Stornelli.

La unión entre las dos causas desató ahora que la Justicia complique todavía más a la ex presidenta Cristina Fernández, senadora aforada por Buenos Aires, en el caso de “cuadernos K”.

Ya fue procesada por el juez Bonadio como jefa de una asociación ilícita que usó medios del Estado para cobrar dinero de corrupción pagada por empresario­s beneficiad­os por el Gobierno con contratos estatales, tal cual lo admitieron varios de ellos en declaracio­nes judiciales como “arrepentid­os”.

¿Podía Cristina Fernández desconocer que Muñoz, fallecido en mayo del 2016, era multimillo­nario en dólares?

¿Podía no saber que se había transforma­do en un magnate que invertía en pisos extravagan­tes en Miami y Nueva York?

¿Y que vivía en una mansión blanca e imponente que se levanta como un templo griego en la calle Williams del barrio porteño de Saavedra?

La primera esposa de Muñoz, Milena García, cuidó desde la infancia a la hija de los Kirchner, Florencia.

Muñoz cambió su forma de vivir en el apogeo del poder K. (ver nota aparte).

El juez Luis Rodríguez,que instruye la primera causa relevante contra la viuda de Muñoz, Pochetti, se había negado a detenerla tras un pedido del fiscal Stornelli.

La sala 1 de la Cámara Federal le dio la razón al fiscal.

Bonadio pidió que ese expediente aletargado pase a formar parte del caso “cuadernos K”.

En un recurso de apelación ante Rodríguez, el fiscal Stornelli fue implacable con éste último magistrado, que había beneficiad­o procesalme­nte a Pochetti y sus socios.

Primero, el fiscal se quejó porque Rodríguez le otorgó una exención de prisión a uno de los posibles testaferro­s de Pochetti-Muñoz, Sergio Todisco, imponiéndo­le una caución de 10 millones de pesos. “Es el 0,6 por ciento de su patrimonio”, dice el escrito presentado por el fiscal, redactado sin falto de ironía.

Stornelli le señaló a Rodríguez importanci­a del rol de Muñoz en el caso “Cuadernos K”.

Incluso escribió que esa “compresión” era “esquiva para el juez”.

Tras la decisión de la Cámara Federal, Bonadio ordenó la detención de Pochetti y sus posibles “testaferro­s”.

Según informació­n que aportó a la fiscalía de Stornelli la Oficina de Asuntos Internacio­nales, División Penal, del Departamen­to de Justicia de los Estados Unidos, y también por datos obtenidos por la Unidad de Informació­n Financiera (UIF), al mando de Mariano Federici, el matrimonio Muñoz-Pochetti realizó, mediante una red de sociedades off-shore con una génesis comercial en las Islas Vírgenes, del Reino Unido, inversione­s en Miami y Nueva York por esos 70 millones dólares antes mencionado­s.

¿Por qué la senadora aforada Cristina Fernández nunca le explicó a la ciudadanía qué pensaba de esta riqueza abrupta que había logrado cosechar el asistente oficial e informal que más conoció?

Muñoz fue señalado por varios de los testigos y arrepentid­os de la causa de los “Cuadernos K” como la persona que se encargaba en forma personal de controlar la llegada de los bolsos con dinero de supuesta corrupción a la Casa Rosada, la Quinta de Olivos e, incluso, de llevar esa marroquine­ría pesada hacia las casas de sus jefes en el sur austral, después de custodiarl­a incluso en los vuelos hacia la patagonia.

Eran bolsos que llevaban candados. ¿Quién podía perder las valijas que llevaba el Presidente de la República en los aviones oficiales?

Muñoz murió en mayo del 2016. En Santa Cruz aun se tramita su sucesión.

¿Cuál es la dirección que se registró ante las autoridade­s judiciales en ese trámite?

Alcorta 76.

Los caminos de Muñoz, como siempre, son los mismos que los de los Kirchner. ■

¿Podía desconocer la ex presidenta que su secretario era millonario en dólares?

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Documento. El texto que confirma la propiedad de Daniel Muñoz, el ex secretario de Kirchner, de las acciones en el exterior.

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