Los discursos de los religiosos fueron los más fuertes y los más aplaudidos
“El encuentro estuvo muy bien enmarcado por la homilia del arzobispo Agustín Radrizzani y la oración ecuménica”, celebraron los sindicalistas, organizadores de la misa-acto. En la ceremonia, de poco más de una hora, los discursos más fuertes de los religiosos fueron interrumpidos por aplausos.
La oración ecuménica leída por un religioso judío, uno musulmán, un pastor metodista y un pastor evangélico comenzó señalando que “somos una nación herida, marcada por desencuentros y divisiones estériles” en la que “crece el número de pobres, falta la tierra y el techo, se deteriora la salud y la escuela pública”.
Las ovaciones llegaron cuando pidieron cambiar el rumbo económi- co. “Ante la falta de trabajo, los despidos masivos y la flexibilización laboral, donde muchos tienen un salario injusto y las jubilaciones no alcanzan por el sistema económico egoísta, que prioriza la especulación financiera en detrimento del trabajo, rezamos para que los gobernantes tanto oficialistas como opositores cambien este modelo económico que pone en peligro la vida y la paz social y convoque a un acuerdo social entre todos los sectores”. En medio de los embates judiciales de los Moyano, el documento “ecuménico” considera que “sufrimos un Poder Judicial que cree que hacer Justicia es desechar la presunción de inocencia”.
Por su parte, en su homilía Radrizzani, además de criticar el sistema “de avaricia, cuya expresión más sofisticada son los mercados financieros”, pareció dar un mensaje respecto al acuerdo del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional al mencionar que “nuestro pueblo debe ser artífice de su propio destino y no quiere tutelajes ni injerencias donde el más fuerte subordina al más dé- bil”. En esa línea agregó que “el dinero debe servir, nunca Gobernar”.
“Patria sí, colonia no”, cantaron por momentos los presentes. “El futuro de la Nación no está únicamente en manos de los dirigentes: está fundamentalmente en manos de nuestro pueblo, en su capacidad de organizarse para lograr este proceso de auténtico cambio”, agregó el arzobispo y a bendijo a los presentes: “Es imprescindible que los pueblos y organizaciones sociales construyan una alternativa humana a la globalización excluyente. Que Dios les dé coraje, alegría, perseverancia y pasión para seguir sembrando”. Los gremialistas se fueron satisfechos con el tono de los discursos y la convocatoriaw