Apareció el viejo Lanús para ganar un partido clave y alejar fantasmas
Una actuación sólida y por momentos vistosa le permitió superar a un rival incómodo. La figura fue Pasquini.
Y una tarde se rehabilitó Lanús. Volvió ese equipo sólido, efectivo y ganador que hasta hace poco tiempo desplegaba su capacidad y era admirado en canchas argentinas y americanas. Se acordó de jugar y ganar. Y vale doble porque fue ante un rival directo en la lucha por no descender -quién lo diría de un Lanús que hace aproximadamente un año era subcampeón de la Copa Libertadores- como este inexpresivo Patronato.
De pelota parada -ambas ejecutadas con enorme precisión por Pasquini- nacieron los festejos iniciales. El lateral zurdo ejecutó un tiro de esquina y en el segundo palo saltó con terrible potencia Ribas para meter el cabezazo goleador. Y de un tiro libre pateado por Pasquini, en jugada preparada, Belmonte la bajó de cabeza cruzado para la entrada de un compañero cerca del palo pero Lemos, en su intento por despejar, metió la pelota dentro de su arco.
A esta altura Lanús marcaba el ritmo y mostraba una clara superioridad. Como en sus buenos viejos tiempos. Quignón aportaba equilibrio y orden táctico desde la zona central. Lautaro Acosta fue el desequilibrante y revulsivo en el primer tiempo y Marcelino Moreno tomó esa posta en el segundo. Y entre ambos armaron una formidable y rápida doble pared que concluyó con el pase cruzado para el colombiano Sinisterra, quien entrando por el sector opuesto definió a la perfección con un toque corto y exquisito.
En medio del segundo y tercer festejo de Lanús, Patronato le aportó una dosis de emotividad al partido. Sin hacer demasiados méritos achicó la diferencia, en el minuto 14 del segundo tiempo, a través de otra pelota parada. Córner ejecutado por Carabajal, bajado de cabeza por Pantalone y coronado con una chilena de lujo del ingresado Sperduti para poner el 1-2.
Pese a este acortamiento, sorpresivo, de las cifras, nada cambió en el desarrollo del partido. Lanús siguió exhibiendo su poderío. Y lo reflejó con el golazo que coronó el tercer grito de la tarde. Y estuvo muy cerca de aumentar con un centro de Pasquini, esta vez con balón en movimiento, directo a la cabeza de Ribas y el frentazo del exPatronato que salió muy cerca del travesaño.
Pasaron quince partidos, con arrastre de la temporada pasada, para la reconciliación de Lanús con el triunfo. Y de paso le pegó un sonoro cachetazo a esa inédita amenaza de descenso. Por el contrario, Patronato -segundo partido de Mario Sciacqua en las dirección técnica- se sigue hundiendo en el pozo de los promedios: en sus nueve partidos de esta Superliga ya lleva siete derrotas. ■