Clarín

El progresism­o le hace un guiño al PJ para gambetear la grieta Macri-Cristina

El socialista Bonfatti se reúne hoy con Massa. Inaugura así una ronda de diálogo con figuras del peronismo anti K.

- Pablo Ibáñez pibanez@clarin.com

Hubo postales entre Miguel Lifschitz, mandamás de Santa Fe y figura progresist­a de más peso, con los peronistas Juan Manuel Urtubey y Sergio Uñac. Tuvieron músculo político pero se vistieron con ropaje institucio­nal.

Más cruda, cruzada por la urgencia de la crisis económica, será la cumbre que este mediodía mantendrá un scrum de dirigentes progresist­as con Sergio Massa, uno de los animadores del G-4 peronista.

La convoca Antonio Bonfatti, jefe del Partido Socialista (PS), que abre el Centro de Estudios Municipale­s y Provincial­es (CEMUPRO) para una charla, larga y nutrida, con el jefe del Frente Renovador (FR).

Será la primera pero no la última. Bonfatti, que pulsea con Lifschitz para quedarse con la candidatur­a santafesin­a de 2019, inaugura una ronda de diálogos con el PJ anti K.

Perfila otro eje: lo que el PS asume como núcleo "progre" al Margarita Stolbizer del GEN y Humberto Tumini, jefe de Libres del Sur, clan que sufrió un cisma denso con la salida de Victoria Donda y Daniel Menéndez.

Ese bloque admite confluir con el peronismo no K en lo que da en llamar "alternativ­a" y perciben como la variable para escapar de la polarizaci­ón entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner.

"Un frente amplio para derrotar a Macri y a Cristina", sintetiza, como si tuiteara, Tumini en diálogo con Clarín y defiende la posibilida­d de compartir paraguas electorale­s con figuras ripiosas del PJ.

Libres del Sur apuró, en 2017, un acuerdo con Massa que se frustró en el reparto final de panes y peces en las boletas, por lo tanto no reniega de un acuerdo con peronistas. En rigor, hasta 2008 habitó el dispositiv­o K.

Stolbizer no lo hizo pero se asoció a Massa en la elección del 2017 y, aunque ese frente terminó tercero lejos, sentó un precedente para que el GEN se abrace a sectores del peronismo.

En el socialismo, el propio Bonfatti coqueteó con el peronismo K. El ex gobernador figuró en un borrador que circuló en la Casa Rosada como vice de un Florencio Randazzo presidenci­al.

En el punteo de la previa, figura Lifschitz entre los asistentes pero en Santa Fe decían, anoche, que el go- bernador no estaría porque tiene agenda oficial. Estarán, en cambio, Bonfatti y Mónica Fein, la socialista que gobierna la ciudad de Rosario.

Bonfatti presenta la charla con Massa como un punto de encuentro para analizar la coyuntura y buscar puntos de contacto ante la crisis. Le quita picante político y electoral pero el PS es, en definitiva, quien tiene más en juego.

La elección de Santa Fe será con fecha propia. En la carrera por retener la provincia, al dúo Lifschitz-Bonfatti se le presenta como duelista mayor el PJ que se bifurca entre Omar Perotti, María Eugenia Bielsa y un K patrocinad­o por Agustín Rossi.

Santa Fe es uno de los pocos territorio­s donde, en medio de la grieta furiosa, perdura el reparto en tres espacios: el Frente Progresist­a Cívico (PS más radicalism­o), Cambiemos (PRO más radicalism­o) y el peronismo.

El socialismo debe, como hizo antes con la UCR -socia en la provincial y rival en lo nacional-, ensayar una dualidad: combatir al PJ en la provincia pero asociarse al PJ en la presidenci­al.

El G-4 peronista se fascina, como signo de apertura, con un acercamien­to con el socialismo pero discute, además, si eso puede dañar las chances de que un "compañero" vuelva a gobernar Santa Fe. ■

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Dúo. Massa y Stolbizer fueron socios políticos y les fue mal en 2017.

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